Sin eco (Hanne Wilhelmsen, 6)

Opinión:

Nos encontramos ante el libro número 6 de la serie protagonizada por Hanne Wilhelmsen, en cuya escritura también ha participado Berit Reiss-Andersen, colaboración que ya tuvo lugar en "En las fauces del león".

Hanne Wilhelmsen decide regresar a Oslo después de un largo retiro en un monasterio de Verona, donde pretendía sobrellevar el dolor por la muerte de Cecilia, su compañera sentimental. Sin embargo, Hanne tardará en reencontrase consigo misma tanto a nivel profesional como personal. En su piso todo le recuerda a Cecilia, en el trabajo sus compañeros la dejan de lado y Billy T. ha asumido sus funciones durante su larga ausencia y no parece dispuesto a renunciar a ellas. Su paciencia, algo que no la caracteriza, llegará a límites insospechados. Tenemos, por primera vez, a una Hanne derrotada y hundida, que sabe que hizo mal pero no es capaz de reconocerlo ante los demás y sólo quiere seguir como antes de que comenzase a sufrir.

Hanne intenta colaborar y mantenerse al margen. Pero no todo será fácil. El caso se complica y su capacidad de investigación resurge de forma natural. Solo una joven policía confía en ella, por lo que cuando se encuentra con Marry, una prostituta que puede saber algo del asesinato, no duda en ocultar la información y la invita a vivir en su casa, ofreciéndole una nueva oportunidad.

La vida de Hanne parece serenarse con la aparición de Nefis, una profesora turca. Un nuevo amor parece surgir en el horizonte de la inspectora.

Mientras, la investigación sigue dando tumbos. Las pistas no conducen a ninguna parte, Billy T. tiene la sensación de que se le está yendo de las manos, pero no está dispuesto a ceder ante Hanne. Será esta quien tenga que tomar las riendas del caso de un forma un tanto brusca demostrando donde se habían equivocado. Una equivocación originada en sus inicios ante las diferencias de opinión de los distintos conocidos de Brede Ziegler, un personaje con un carácter indefinido y que cambiaba según con quien tratase. Una persona que no dudó en casarse con una jovencita para darse un capricho y luego dejarla a un lado.

Un caso complicado, donde las apariencias engañan y donde el más inocente resulta ser el más culpable, sólo hay que encontrar la relación con el asesinado.

Sólo hay una pega, la resolución final del caso parece surgir por arte de magia. Ya sabemos que todos los personajes que aparecen tienen relación, aparentemente con el caso, pero en esta ocasión había muy pocos indicios para que el lector llegase por sus propios medios hasta el culpable.

Mila L. Castelo