Los olvidados

Opinión:

"Los olvidados" fue finalista de los CWA Dagger Awards.

Estamos ante una novela policiaca ambientada en la Segunda Guerra Mundial. Aunque es una obra ficticia, está basada en hechos reales. Las masacres de la ciudad de Bydgoszcz y sus alrededores ocurrieron de verdad.

Nuestro protagonista principal es el detective de la policía de París, Eddie Giral, quien debe averiguar quién gaseó a cuatro refugiados polacos en un vagón de tren, a la vez debe localizar a los familiares de otro refugiado polaco llamado Fryderyk, que se suicidó tirándose desde el balcón, sus motivos serán conmovedores, nos romperán el corazón. Todo ello mientras la propia ciudad cae sobre las botas nazis, y las personas desesperadas, viendo que el futuro de sus vidas puede cambiar para siempre, se quitarán muchos la vida. Recalcar que este hecho también fue una realidad, se sabe que fueron varias las personas que optaron por el suicidio tras la ocupación alemana de París.

Regresa esa clase de detective que tanto amamos. Eddie Giral es de la vieja escuela, un tocapelotas de mucho cuidado. Su fin es saber qué ocurrió con esos hombres y le da completamente igual pasarse por el forro las órdenes que le dan los oficiales alemanes, es más, le encanta provocarlos, por supuesto le traerá consecuencias y nosotros lo amaremos por ello. Un personaje magnífico, con sus propios demonios personales y el trauma que le quedó luchando en la primera Guerra Mundial. Su sentido del humor es retorcido, junto a su personalidad imprevisible, ese poco amor a la vida, le da igual estar vivo que muerto, en cambio se deja la piel intentando proteger a su hijo soldado con el que apenas tiene relación.

Deciros que, aunque los personajes de la historia son ficticios, el autor, con el propósito de situar su historia dentro del contexto histórico, aparecerán algunos reales como actores secundarios en la trama. Uno de ellos es Roger Langeron, el perfecto de la policía de París. Las promesas que los altos oficiales alemanes le hicieron y que Langeron transmite a la policía del Treinta y Seis en esta historia, se basan en sus conversaciones reales con los invasores. Otro personaje real es el doctor Thierry de Martel, un célebre neurocirujano que decidió suicidarse al ver su ciudad ocupada. De personajes no reales destacaría a Kate Ronson, una periodista estadounidense.

Esas calles vacías, esos alemanes imponiendo el toque de queda. La atmósfera parisina con olor a guerra, sus monumentos, los clubes de jazz o cafés, hay escenas tan bellas como desgarradoras. Escrita con palabras sinceras y fuertes, acompañándose de tremendos diálogos que te mantienen pasando páginas. Trama magníficamente elaborada bajo una pluma inteligente.

La narración tiene dos saltos en el tiempo, la investigación y ocupación en el año 1940 y el regreso a 1925, en la cual la vida familiar de Eddie se está destruyendo.

Seguiremos los pasos de nuestro detective en busca de culpables, no lo tendrá fácil moviéndose entre mentiras en una especie de ciudad fantasma donde la libertad ya no existe y para colmo, supervisado por el mayor Hochstetter, que mete las narices en ambos casos. Compañeros en los que confiar, otros no tanto, en medio la Resistencia francesa, periodistas extranjeros, la Gestapo y las SS. Sin quererlo, se verá atrapado en las conspiraciones alemanas. 

Una novela convincente embellecida con detalles históricos y donde Chris Lloyd indaga en las diferentes afiliaciones políticas tanto en los que lucharon contra la ocupación o los que colaboraron, mientras los más desfavorecidos eran abandonados y luchaban cada día por sobrevivir. Es increíble el modo en que narró esta historia de ficción para contarnos unos hechos reales.

No me cansaría de comentar este libro, qué placer de lectura. Qué razón tiene nuestro autor cuando dice: La guerra nos convierte en desconocidos. Y de eso, nunca nos recuperamos.

Extraordinario. 

Violeta Lila