La última vez que te vi

Opinión:

Esta no es una reseña que gustaría a editoriales ni a autores pero no olvidemos que todos los libros tienen su público, y que una (yo) tiene demasiadas lecturas a sus espaldas para aplaudir todo lo que lee.

Si no me equivoco y me doy cuenta ahora -y creo que estoy en lo cierto- todas las alusiones de medios literarios que hablan, en la solapa de la contraportada, de absorbente, ingeniosa, bien contada, buena tensión y para fans de "Perdida" (libro de Gillian Flynn que me gustó mucho), son referentes a la anterior novela de Liv Constantine: "La conspiración de la señora Parrish", porque, de hecho, tiene semejanzas a "Perdida". Ese fue el motivo por el que decidí seguir leyendo a Liv Constantine, porque normalmente lo/as autore/as tratan de superarse y pensaba que con "La última vez que te vi" lo habrían conseguido. Constantine son dos hermanas que viven a distancia la una de la otra pero escriben las novelas en conjunto. La primera vez les salió bien, en esta ocasión creo que han bajado bastante el listón.

La historia se mueve en un mundo de lujos y profesionales de carreras fulgurantes. Tanto Kate como su padre son cirujanos. Lily tiene una gran fortuna que heredará su hija y se dedica a ayudar a los demás con obras de beneficiencia, especialmente ayudando a mujeres maltratadas por sus maridos. Annabelle es una niña feliz que tiene su propia cuidadora, Hilda. Habitualmente Kate y Simon salen con una pareja amiga igual de bien posicionada que ellos -lujos, lujos, lujos-, Shelby y Carter… La madre de Shelby tiene servicio y chófer… En fin, todo muy espectacular. El único personaje que siempre desentonó fue Blaire, que no era asquerosamente rica sino todo lo contrario, aunque cuando vuelve a Baltimore para el funeral de Lily la cosa ha cambiado, ya no es una pobre muerta de hambre.

Cuando de pronto aparece asesinada Lily, Kate no se deja consolar por su familia sino que llama a una antigua amiga, Blaire Barrington. Fueron íntimas en el instituto, incluso Blaire vivió en la casa de Kate y estuvieron muy unidas por varios motivos (juntas tuvieron que superar un accidente de coche donde murió alguien, por ejemplo) hasta que Kate va a casarse con Simon y Blaire se interpone, tienen una pelea, y se marcha para siempre. A esta Blaire es a la que recurre porque entiende, además, que su madre, Lily, la quería mucho, y el amor era recíproco, por lo tanto era justo que conociera que había habido un crimen pero no se sabía quién había sido el asesino.

Todo esto es lo que durante páginas y páginas se va leyendo sin excesiva pasión, porque la parte de suspense, el thriller, lo intrigante de verdad, no es ni siquiera saber quién mató a Lily, sino descubrir por qué está enviando mensajes terroríficos a Kate o sorpresas desagradables que darían un vuelco al corazón a cualquiera. ¿El problema? Que apenas son tres veces en toda la novela y no se recrean en ello, por lo que la novela de suspense se convierte más en un drama de relaciones íntimas. La separación entre Kate y Blaire es fundamental, porque hace que cuando esta vuelva intente averiguar quién es el asesino -por su cuenta-, pero también ralentiza la lectura y acabas leyendo una novela de suspense casi sin suspense. Al menos no como los que estoy acostumbrada a leer.

Infidelidades, mentiras, traiciones, secretos, cosas del pasado que cambiarían la actualidad de la vida de los personajes, gente cercana a Kate que querría apartarla de Blaire, un padre que no quiere confesar por qué tuvo una bronca con su esposa antes de morir, un esposo (Simon) que pasa demasiado tiempo con una joven… En fin, la idea es tener a muchos sospechosos y nos ponen a Blaire como la investigadora. Todo el tiempo ella quiere saber quién asesinó a Lily. Tiene sus propias motivaciones pero también guarda mucho odio en su interior. Obviamente el por qué se conoce al final de la novela.

Está a mitad de camino entre el domestic noir (porque es Blaire quien investiga por su cuenta) y policiaca (porque efectivamente el caso lo coge la policía y también investiga).

En su anterior novela también ambientaban la intriga en un mundo de lujo y privilegios, sin embargo tenían una historia más potente, no tenías la sensación de leer un culebrón.

Bajo mi punto de vista no han sabido mantener un buen suspense, se han centrado demasiado en el drama -familiar y de amistad-, han soltado la resolución de los misterios todos de golpe al final y parece forzado, y encima hay cierta falta de credibilidad en algunos temas. Por ejemplo, en la página de agradecimientos aparecen un policía y un teniente, pero estas chicas no deben haber hecho la pregunta buena porque es de primero de thriller que no puedes hacer pasar una muerte por incendio cuando antes golpeas con un atizador a alguien en la cabeza, la autopsia revelaría la verdad… También agradecen a su grupo de primeros lectores que les ayudan a mejorar y esta novela tendría mucho que mejorar para que yo la recomendara. Me callo otros errores.

No es un buen thriller, puede tener su público porque al final hay sorpresas de esas que llaman giros inesperados e incluso hacen un capítulo de Cuatro años después donde pretenden darnos aún una sorpresa más para impactar, pero también me parece muy forzada. Aun así esa sería la parte que salvaría la historia, el que alguien se quede impresionado por el final, pero hay más de amor, desamor, lujos, odios, secretos y venganza condensados en el final, en la explicación, que en toda la novela.

Tiene algunos puntos a su favor pero el suspense se hace de rogar, no diría que es adictivo con el anterior pero sí ligero, con poca profundidad en los temas intrigantes, y quizás ralentizado por los recuerdos del pasado de las dos amigas.

Anika Lillo