La sospecha eterna

Opinión:

"La sospecha eterna" es la primera novela de Pablo Alaña. Para ser su primera novela, ha debutado por todo lo alto, ya que fue ganadora del Premio València Nova de Narrativa en Castellano 2022.

Tenía ganas de adentrarme en su lectura, ya que para mi sorpresa, la historia transcurre en Santander, ciudad en la que resido, y no suele ser habitual encontrar novelas ambientadas en dicha ciudad. Así que tenía mucha curiosidad por ver reflejadas las calles por las que paso diariamente en el papel.

Pablo Alaña tiene una manera de narrar muy descriptiva, pero que no resulta densa. La trama está muy bien construida, y lleva al lector por el camino que quiere, de tal manera que los sospechosos van cambiando con cada nuevo capítulo. No hay mucho margen a elucubrar, ya que las pistas van llegando muy poquito a poco, y no encontraremos tampoco una voz en "off" que narre el pasado o una trama paralela o similar que nos pueda dar pistas. Así pues, iremos avanzando en el caso a la par que lo hacen los protagonistas.

Hay un gran elenco de personajes, todos ellos muy bien construidos, aunque durante toda la historia destacan principalmente tres: Clara, Tomás e Irene. Sí que hay un detalle que no me ha terminado de convencer, y es que tanto la narración de la historia como la manera de hablar de los personajes es muy impecable, lo cual a veces me ha provocado no simpatizar del todo con los ellos, ya que me parecía un poco forzado su manera de expresarse, poco natural. Por ejemplo, hay una escena que uno de los personajes despierta en el hospital, tras preguntar dónde está, le responden "En el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla", cuando lo normal es referirse al hospital sin el nombre completo, solo "Valdecilla", y más si se es oriundo de la ciudad o de cualquier otra parte de Cantabria, incluso ya llevando aquí unos años, acabas acortando el nombre del hospital.

"La sospecha eterna" no es una novela negra o thriller al uso. Aunque hay un asesinato y una investigación, es un tanto peculiar. Clara, abogada penalista, junto a Tomás, irán investigando lo ocurrido para exculpar a Irene, amiga de Clara, del asesinato de un hombre que ha aparecido muerto en su jardín.

Pablo Alaña nos sumerge de lleno en los pasillos del sistema judicial y del proceso de investigación, se nota la profesión también de abogado del autor para exponer y detallar de una manera sencilla cada proceso.

Por otra parte, el autor pone en tela de juicio la confesión de Irene, ya que todo parece apuntar a que hace seis años también estuvo relacionada con otro asesinato. En este aspecto, hasta Clara, su amiga, duda de ella, lo cual plantea un juego de doble moral para ella, y por otra parte, la acusación de la sociedad, dejándose llevar por los prejuicios y rumores, condenando a la sospechosa desde el primer momento. Clara tendrá que desligarse de todo eso para poder descubrir lo que ocurrió realmente, aunque en su interior tenga una pequeña duda de la culpabilidad o de la inocencia de su amiga.

Con "La sospecha eterna" el lector verá el daño que hacen las acusaciones cuando no se puede demostrar algo claramente. Que Irene fuera declarada inocente en el pasado no sirve de nada si no encontraron a un culpable. Esa duda le persigue toda su vida y, aunque logró sobre ponerse a ello, ahora pasa de nuevo por el mismo calvario, o peor, ya que las dudas del pasado se ven multiplicadas con el nuevo asesinato. Las palabras pueden hacer mucho daño, pero los hechos también, ya que Irene no encuentra apoyo en ninguno de los dos asesinatos, ni siquiera el apoyo de su marido.

El autor también realiza un pequeño viaje por las relaciones personales y la influencia del trabajo en estas. En ocasiones es muy difícil la conciliación familiar y también contar con el apoyo y la comprensión de la otra parte implicada.

El final de "La sospecha eterna" ha sido toda una sorpresa. No quiero decir más para no dar posibles pistas, ya que es más impactante descubrirlo de golpe. Aunque el autor ha ido dejando alguna que otra miga de pan de pistas, las ha escondido muy bien.

En resumen, "La sospecha eterna" es un thriller diferente que demuestra que las apariencias son importantes, pero también engañan.

Vane Gómez