La reina de los venenos visita Marlow

Opinión:

La novela de Robert Thorogood, "La reina de los venenos visita Marlow", arranca con una escena que habría fascinado a la mismísima Agatha Christie: una reunión del consejo municipal, una taza de café humeante y un hombre que se desploma a mitad de una frase. El alcalde de Marlow, Geoffrey Lushington, ha muerto, víctima no de la política, sino del acónito, la temible reina de los venenos que da título a la obra. En cuestión de minutos, los detectives más peculiares del pueblo vuelven a entrar en acción.

En esta nueva entrega, Thorogood reúne de nuevo a la indomable Judith Potts, una septuagenaria creadora de crucigramas con alma de pirata; a Becks Starling, la esposa del vicario, firme y disciplinada incluso bajo sus impecables modales; y a Suzie Harris, una descarada paseadora de perros con un talento innato para el drama digno de la prensa sensacionalista. Juntas forman un trío de investigadoras que rebosan caos, ingenio y encanto a partes iguales.

El autor sigue perfeccionando aquí su fórmula inconfundible: intrigas al estilo de la Edad de Oro, aliñadas con un toque de humor moderno y una ironía muy británica. Marlow, frondoso, excéntrico y orgulloso de sí mismo, funciona casi como un personaje más. Sus elegantes calles esconden rencores larvados, secretos domésticos y algún que otro café con leche letal que amenaza con alterar la paz del pueblo.

La inspectora Tanika Malik vuelve a reclutar al trío como consultores civiles en lugar de malgastar energías intentando detenerlos. Su cansancio burocrático contrasta deliciosamente con la traviesa seguridad de Judith y sirve de contrapunto perfecto a la energía desbordante del grupo. Y consultores, por supuesto, es simplemente la contraseña tácita para que Judith tome las riendas de la investigación por completo, con el entusiasmo de quien lleva demasiado tiempo esperando una excusa para meterse en líos.

Y es que, amigo lector, el verdadero placer de esta historia no reside únicamente en el enigma, aunque el misterio está lleno de giros satisfactorios y pistas bien sembradas, sino en la compañía. Judith, Becks y Suzie siguen siendo irresistibles: sus diálogos se sienten vivos y naturales, su afecto es palpable y sus diferencias, fuente constante de comedia, vulnerabilidad y valentía. La novela rebosa calidez incluso cuando los cuerpos caen, y uno termina leyendo tanto por descubrir al asesino como por pasar un rato más con estas tres mujeres.

Si hay algún defecto, al menos para mí, es que la mezcla de humor disparatado y asesinato que propone Thorogood a veces se inclina demasiado hacia lo reconfortante en detrimento de la tensión. El ritmo flaquea ocasionalmente debido a la abundancia de subtramas, aunque el misterio central se mantiene sólido y gratificante.

Thorogood entiende que el verdadero misterio del envejecimiento no es la muerte, sino la relevancia; y en estas mujeres ha creado heroínas que se niegan a retirarse discretamente entre bastidores. Su vitalidad, su testarudez amable y su peculiar sentido de la justicia las convierten en personajes a los que cuesta despedir.

Cálida, ingeniosa y con un inconfundible toque inglés, esta es otra novela fascinante que se siente como sentarse a tomar el té con tus excéntricos favoritos; solo que, en Marlow, puede que alguien no llegue al postre.

Muy divertido de leer.  

Lo recomiendo. 

*Publicado por Catedral Editorial.

Violeta Lila