La pareja de al lado

Opinión:

Cuando empecé el libro me llamó la atención que estuviera contado en presente, más aún, al segundo. Pasa esto, pasa lo otro. No me gustan ese tipo de novelas, tengo la impresión de que roban muchas posibilidades a la narración, me impide empatizar la mayoría de las veces con los personajes, y de hecho eso es precisamente lo que me ha ocurrido. La parte positiva es que si está bien hecho, la novela fluye, va rápido. Y esto ocurre en "La pareja de al lado". Es ligera y rápida.

Ocurría también que hacía apenas unos días había visto una peli de esas de sobremesa en la que ocurría lo mismo: una niña es secuestrada de su cama, la puerta de la casa aparece abierta, la policía sospecha de los padres, y como estos no son muy afables con la prensa, la relación con la prensa -y así el juicio mediático- se hace tensa y se les vuelve en contra. Lo mismo. Todo igual. Os confieso que me asusté, pero no abandoné la novela. Como añadido me habían dicho que era del estilo de "La chica del tren" y aunque no leí esa novela, sí me dijeron que estaba sobrevalorada, así que finalmente me había quitado cualquier esperanza.

¡Y ahora qué! Para mi sorpresa no he podido despegarme de sus páginas. Todos parecen sospechosos y juegas a hacer conjeturas del mismo modo en que lo hacen los personajes (los malos son los vecinos, los malos son los padres, el malo es… lo que pasó es esto, lo que pasó es lo otro… y no paras), y antes de la mitad te enteras de quién es el secuestrador. No es una sospecha, es una certeza. El secuestrador habla de lo que esperaba que ocurriera y todo lo que ha salido mal.

Y una piensa, bueno, si ya sé incluso quién ha sido y es fácil sospechar el motivo porque también te lo han contado antes y encima ahora me lo confirman ¿dónde reside el atractivo? Pues seguía enganchada. El motivo, imagino, es que si en ese punto ya se sabía esto es porque había más trama, más engaños, más mentiras, más secretos. Y así era.

Una depresión pos parto y una enfermedad mental de disociación por un lado, unos vídeos que graban algo ilegal por otro, un tipo que ha dado el braguetazo y se cree todopoderoso, una bebé de la que no sabemos si está viva o muerta, un móvil escondido, un pasado preocupante, un implicado que aparece asesinado… Nuestras conjeturas acaban dando tantos giros inesperados como los que ocurren en la novela, así que es todo un juego de detectives del que se participa y se disfruta bastante.

Así pues, no será la bomba en literatura ni la forma en que está narrado es mi favorita, pero como thriller y como novela comercial que atrapa, funciona. Me lo he leído muy rápido. Es más, cuando lo soltaba me apetecía volver a cogerlo. Y no se puede hablar del final pero… es de los que me gustan a mí.

Adictivo e intrigante.

Anika Lillo