La página 428

Opinión:

En "La página 428"  la trama principal discurre por tres hilos temporales, separados por cuarenta años. La primera parte es del año 1979. Conoceremos una investigación que intenta esclarecer ciertos asesinatos en un pequeño pueblo llamado Pike Lake. Le seguirá la trama del año 1989 . Ahí sabremos de un escritor que visita a un asesino en la cárcel para que le ayude en su novela. Ambas partes a veces tienen una atmósfera onírica, el lector sentirá la narración con cierta angustia. La otra época es ya más actual, 2019. Tendremos a una psicóloga del departamento de policía llamada Katherine. Su vida cambiará al escuchar una extraña confesión de su tía a punto de morir, la mujer que la crió. Esa revelación se encuentra enlazada con las otras dos historias.

Aparte de esto, encontraremos un capítulo que se detiene en siete momentos clave de las décadas de los cincuenta y sesenta, entre 1953 y 1971. Será en la segunda parte, cuando el ritmo de la historia se acelera, que la novela se desordena por el vértigo de los acontecimientos y los capítulos van alternándose, en función de la necesidad narrativa.

Aclarado este asunto, nos encontramos con "dos novelas distintas", con sus propios protagonistas y una escritura (y una tipografía) diferenciada. Frente a la trama principal, que discurre por los tres hilos temporales, se encuentra la misteriosa novela escrita, de forma febril y a veces desquiciada, por un anónimo autor que hace presencia en el año 1989. Algunos capítulos sueltos de esta última novela se intercalan entre los demás, aunque suelen ir tras uno centrado en 1989. En ambos casos se cuenta en tercera persona. En la trama principal es un narrador omnisciente el que va focalizándose en un personaje diferente en cada capítulo. En cambio, en la novela escrita, el narrador está focalizado en el personaje del asesino.

Por eso os digo, como reseñadora, que leáis esta novela con tranquilidad, porque las líneas temporales son alternas al menos en los primeros capítulos y el lector puede despistarse. Pero vale mucho la pena dejarse la cabeza, estamos ante una novela de ciento seis capítulos que son como dardos arrojados desde la imprevisibilidad, que configuran un puzle narrativo que no dejará indiferente a nadie.

Trama de suspense en capítulos cortos, los diálogos siempre son veloces y agudos como puñales cuando corresponde. El autor maneja a la perfección el tiempo narrativo y nos sumerge tanto en plácidas páginas, no exentas de cierta afectación, para luego acelerar el ritmo y machacarnos con vertiginosas escenas donde la acción adquiere la magia del celuloide en la cabeza del lector. Una historia que perturba y te atrapa en su singular universo "Lyncheano", siendo este el mayor personaje en su ambientación, el secreto es coger el ritmo y entonces se torna imparable.

La novela se enmarca en un ficticio condado de la América profunda, del llamado Rust Belt ---el Cinturón de Óxido---, una región industrial del Medio Oeste que engloba áreas de una docena de estados. La atmósfera que la envuelve es oscura, se parece mucho a los escenarios propios de los thrillers literarios y cinematográficos clásicos norteamericanos. Hay ecos del Castle Rock, de Stephen King y de Twin Peaks. Hay otros pequeños guiños y homenajes que los encontraréis en los personajes, en sus diálogos y en varias situaciones. Aquí ya no os comento nada para que vosotros mismos los descubráis. Personajes muy de novela negra, donde nuestro autor les va dando volumen psicológico tanto a los protagonistas como a los secundarios. Encontraremos: policías corruptos y honrados, periodistas, camareras de bares de carretera, prostitutas, convictos, pobres diablos, traficantes de poca monta...

En las últimas páginas aparecerá una cuarta línea temporal cuyo fin es esclarecer muchas cosas. 

Un thriller psicológico que tiene todo lo que hay que tener para atrapar al lector en sus redes... y un final de esos que hacen escuela.

Sí o sí hay que leerlo.

Violeta Lila