Anika entre libros

El último juego

Ficha realizada por: Porlomenix
El último juego

Título: El último juego
Título Original: (A Caller´s Game, 2022)
Autor: J. D. Barker
Editorial: Destino
Colección: Áncora y Delfín


Copyright:

© 2021 by Jonathan Dylan Barker
© por la traducción del inglés, Julio Hermoso, 2022
© Editorial Planeta, S.A., 2022

Traducción: Julio Hermoso
Edición: 1ª Edición: Abril 2022
ISBN: 9788423361403
Tapa: Blanda
Etiquetas: persecuciones contemporánea asesinatos asesinos psicópatas crítica social género negro FBI policiaca narrativa tensión literatura estadounidense Nueva York novela thriller venganza programas de radio policía investigación criminal explosiones comunicación
Nº de páginas: 528

Argumento:

La locutora de radio Jordan Briggs vive en su nube particular, preocupada únicamente por la audiencia y un éxito profesional que le ha ido apartando de todos los que le rodean, incluidos su hija y su marido. Acostumbrada a salirse siempre con la suya, se tiene que enfrentar a Bernie, un radioyente que entra en directo en su programa para proponerle un juego: "Voy a darte a elegir".

El agente de policía Cole Hundley, relevado de su cargo en Homicidios por el capricho de un superior, está prestando servicio en la patrulla de tráfico cuando Jordan se queda atrapada en el caos circulatorio de las calles de Nueva York.

Ambos coinciden en el peor día de su vida.

 

Opinión:

 

Nada más acomodarme en mi rincón de lectura me encuentro acompañando a la protagonista de esta novela, Jordan Briggs, en su huida tras haber dejado su vehículo aparcado en una zona prohibida. Mientras sale corriendo hasta el edificio donde emite su programa de radio va dando órdenes por teléfono. A todo esto, hay que sumar la persecución que realiza un agente de tráfico para afearle su comportamiento.

Sin tiempo para tomar aliento conocemos a Bernie, un radioyente que invita a Jordan a un juego en el que tendrá que tomar decisiones con consecuencias que no puede ni imaginar. A partir de ahí se da inicio a una serie de asesinatos que la locutora ofrece a sus oyentes en tiempo real mientras intenta averiguar, junto a la Policía, cómo pueden localizar al responsable.

Desde la primera línea se siente el estrés que padecen los personajes: la locutora, enfrentada a su marido y teniendo que hacerse cargo de su hija pequeña; el agente de Policía, quien quiere realizar bien un trabajo al que no está acostumbrado. Dos relatos que corren paralelos a la trama principal y que forman parte de una tensión que crece por momentos: mientras que Jordan Briggs tiene que lidiar con un programa en directo en el que se acumulan las protestas; el agente Cole Hundley se verá involucrado en la investigación del asesinato de un matrimonio y tendrá que enfrentarse a una serie de explosiones en varios puntos de Nueva York, todas ocurren en taxis y tienen que ver con la decisión tomada por Jordan.

Y esto es solo el comienzo de la novela, porque a poco que he conocido a este nuevo personaje creado por el autor he pensado en la inventiva que tiene para crear psicópatas tan fuera de lo común y tan terribles. La trama ideada no me ha dado respiro y me he encontrado en todo momento analizando los distintos escenarios de los crímenes, en los que el asesino quiere lanzar un mensaje, e intentando averiguar el punto de conexión entre las víctimas, sin saber si se trata de un asesino en serie o de una venganza.

En el desenlace, el thriller sube al máximo nivel cuando Bernie nos mantiene en vilo con sus actos y el FBI entra en acción. Un final con el que no te despegarías del asiento ni parpadearías ni un instante si se tratase de cine, pues en cualquier momento puede haber un giro que lo pone todo patas arriba.

A través del relato se puede apreciar el negocio de las comunicaciones, una crítica al periodismo de entretenimiento donde parece que todo vale con tal de que suba la audiencia; donde se puede difundir una noticia, aunque esta sea falsa o no tenga trascendencia alguna; un mundo artificial y de basura mediática que a ningún lector nos resulta desconocido aunque no lo consumamos; pero también para dar voz a cualquier tipo de injusticia y movilizar a las masas. Aunque el autor lo deja claro, él no se hace responsable de la opinión de sus personajes ni de las cuestiones sociales que puedan plantear, ellos son los que le controlan y le dictan sus vidas; él solo las transcribe.

J. D. Barker continúa sorprendiendo con esas trampas geniales a las que nos tiene acostumbrados.

 

Porlomenix

 

 

 

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