El hombre de Calcuta

Opinión:

Además de la trama criminal, hay varios factores importantes en el desarrollo de la novela y que muestran características de la vida en la India como colonia del Imperio Británico hacia 1919.

Así aparecen las diferencias de clase social marcadas por el origen étnico, quedando los británicos en primer lugar, dominantes y arrogantes sobre unos sumisos hindúes, que en la narración están generalizados sin distinción de castas, algo que sería consecuencia de que la acción está enfocada en las actividades del inspector de policía británico, recién llegado y muy bisoño respecto a la realidad social que le rodea. Por otra parte, también están los mestizos, despreciados por unos y otros, y sin un lugar en la sociedad.

También hay las tensiones políticas propias del incremento del anticolonialismo y de la propia identidad nacional, que tanto pueden tomar el camino de la violencia y del terrorismo, como el de la resistencia pacífica, sin que falten quienes querrán aprovechar las aguas revueltas en su propio beneficio.

En medio de ese caos ordenado, el mismo inspector de policía también tiene sus propios demonios, que sólo puede aplacar abandonándose a los efluvios del opio o echando mano directamente de la morfina que pueda conseguir.

Si a todo eso, se añade el calor húmedo y pegajoso del clima tropical, que provoca lentitud y languidez en la interacción social, combinado con la particular idiosincrasia de las diferentes instituciones gubernativas y la propia de los diversos estamentos sociales, el panorama para la investigación es, cómo mínimo, bastante peliagudo.

Ahora bien, el resultado es una novela buenísima, que se lee con avidez, dejándose llevar con mucha facilidad por los vericuetos sociales que "El hombre de Calcuta" desarrolla con acierto, mostrando de manera detallada la realidad social de esa época, pero sin caer en sentimentalismos.

Selin