Sumidero

Opinión:

Hay escritores que deberían plantearse qué escriben, cómo escriben y con qué finalidad escriben. A veces uno, paseándose por una librería o curioseando por Internet, tiene la sensación de que hay un exceso de libros, y luego resulta anecdótico que es común decir entre autores noveles que las editoriales apenas les dan oportunidades. Por obvias razones, uno no puede pedir que todos los libros del mundo sean piezas espléndidas, de aquellas que acaben convirtiéndose en clásicos con el tiempo. Sin embargo, debido a que no es tan fácil publicar (si no es en autopublicaciones), no estaría de mal plantearse lo que uno está escribiendo y si luego servirá para mover al lector. Al menos, para que luego, una vez terminado el libro, uno se eche a reflexionar sobre qué se queda del libro y al final se quede con algo, en menor o mayor grado.

"Sumidero" no parece poseer algo que luego al lector le marque. Ni el tema central, ni el argumento, ni la metodología, ni el tener que llegar al final. Quizá uno se queda con la forma de narrar, bonita y fluida, que permite una lectura muy rápida y continuada, incluso cómoda. ¿Pero de qué sirve una lectura así en una novela de detectives? Eso sería un buen ingrediente, como plato extra más bien. Pero una novela así precisa de mucho más. El autor debería plantearse, como lector, qué grado de suspense o de intriga despierta su novela. O, si no era ésa su pretensión, qué desarrollo de qué tema pretendía imprimir a la obra. Porque uno se termina la novela con una sensación plana.

Respecto al argumento, muy predecible y poco emocionante. Acostumbrados a series de televisión, a películas, a novelas, hay que rascarse mucho la cabeza para dar con algo que atraiga. El tema en la novela es bueno (aunque visto muchas veces), pero no se produce un desarrollo muy complexo o profundo de ella. Hay pinceladas de temas como la adolescencia o lo que supone vivir en un pueblo pequeño, pero no va más allá. Ambos factores, combinados, crean esa sensación de vacío. Para más inri, carece de acción o de misterios que se antojen imposibles de descifrar.

Un servidor desconoce sus dos previas obras, las cuales, por lo ha averiguado, se alejan algo del género negro que atentaba la obra aquí reseñada. Como consejo, si el autor tiene el deseo y la pretensión de sacar a la luz más novelas de ese género, debería replantearse la forma de escribir y su contenido. O quizá un servidor es demasiado exigente o ciego para apreciar una buena obra literaria.

Cristià Serrano