Rosa

Opinión:

Descubrí el talento de Alfonso Casas con "El final de todos los agostos", por eso, cuando tuve la oportunidad de reseñar "Rosa", su nueva obra publicada por Random Cómics, no lo dudé.

En esta novela gráfica el autor comparte su proceso de duelo tras la pérdida de su madre. Es una reflexión sobre el amor, la memoria y la ausencia. Un relato doloroso, catártico, sobre la muerte de su madre tras una grave enfermedad. Para abordarlo, Casas recurre a sus habituales monstruos y fantasmas, seres que habitan sus obras y que le permiten personificar un amplio abanico de sentimientos, desde el miedo hasta el humor.

"Rosa" es un libro intenso, duro, pero también hermoso. Aquellas personas que hayan pasado por lo mismo comprenderán a la perfección las emociones del autor, desde la negación inicial tras el diagnóstico, pasando por la ira, la negociación en forma de esperanza, la depresión y la búsqueda irracional de señales, hasta llegar finalmente a la aceptación de la realidad. Una realidad que duele, y que Casas se resiste a expresar directamente, como nos pasa a todos los que hemos lidiado con la pérdida de un ser querido.

El gran protagonista es el duelo, un fantasma que intenta ignorar, pero que no deja de crecer, y al que finalmente tendrá que enfrentar para poder seguir con su vida. El duelo es complejo, distinto para cada persona, pero al mismo tiempo compartido, y el autor lo expresa con gran sensibilidad. A través de este proceso, se aprende que el recuerdo es más valioso que el dolor, y que no es necesario sufrir para mantener viva la memoria de quien hemos perdido. 

Las páginas están cargadas de emociones. Al principio, angustia, culpa, miedo, vacío, aturdimiento, una niebla que empaña todo y un dolor abrumador que encoge el alma. Poco a poco, el dolor paralizante va dejando paso a otras emociones y recuerdos. El autor muestra a alguien que huye de la tristeza, del dolor de la ausencia, buscando todas las maneras de evitar hundirse, hasta que descubre que sentir el dolor es parte del proceso. La tristeza no se puede ignorar; hay que experimentarla para poder dejarla ir y seguir adelante.

A pesar de la carga emocional, hay espacio para el humor con pequeñas escenas que alivian la tensión. La vida es así, no todo es alegría, como tampoco todo es dolor. 

Las ilustraciones, sencillas en apariencia, están cargadas de emoción y sensibilidad. Casas tiene un don para conectar con el lector; sus dibujos refuerzan la intimidad y vulnerabilidad del relato.

Es imposible no emocionarse leyendo esta novela gráfica, tanto si se ha pasado por algo similar como si no. Como dice el propio autor, "Rosa" es un homenaje a todas las ausencias; muestra cómo recordar es una forma de amar. 

Una obra breve pero potente, que conmueve y que invita a reflexionar sobre los propios afectos y pérdidas.
Muy recomendada.

Mónica CZ