Puta y libre

Opinión:

Cuando vi este libro en el catálogo del sello editorial Arcopress, que forma parte de Almuzara, enseguida noté cómo el deseo de leer las palabras de Valérie May iba más allá de una mera curiosidad, puesto que ya había visto antes un vídeo donde dejaba patente su activismo sobre la prostitución, aunque igualmente me sorprendió al ver que se mostraba a cara descubierta.

Así, es lógico que en este libro se muestre tal cual es ella misma, sin tapujos, sin esconderse de nada, dejando claro que es una persona como las demás, como esa tan normal que te puedas cruzar por la calle. También, como la persona que pueda estar leyendo este libro.

El subtítulo es muy esclarecedor: "La prostitución como nunca te la han contado". Cierto, pues la visión que da la autora está proporcionada desde dentro, desde la propia experiencia. Hay muchos estereotipos, muchos clichés que se perpetúan. Están en la literatura, en las películas, en los medios de comunicación, en los programas políticos; incluso en algunas organizaciones no gubernamentales que presentan estudios sin haberse comunicado en ningún momento con las profesionales del sexo.

El índice es muy completo, pues además de los títulos de los catorce capítulos (la cifra tiene un significado concreto), junto a cada uno de ellos incluye los varios apartados de los temas incluidos.

Entre ellos, sus principios y cómo fue que decidió ser trabajadora sexual, siguiendo con la relación de pareja y la situación de que su círculo cercano, familia y amistades, fuesen conocedores de su trabajo. Luego, la relación con las compañeras, los perfiles de cliente y sus filias. También hay espacio para las consideraciones percibidas de profesionales de la medicina y, sobre todo, por parte de la sociedad, que siempre intenta apartarlas de lo que se dice son gente de bien, con normativas más o menos represivas.

Incidiendo en esto último, la autora, respecto a las diferentes opciones legislativas, aboga por la despenalización, al estilo de cómo se ha hecho en Bélgica o en Nueva Zelanda, lo que permitiría que las personas profesionales del sexo tuviesen derechos laborales, además de despenalizar tanto la oferta como la demanda y también algunos terceros, como serían caseros o compañeras.

Cerca del final, desmonta el mito de ese 80% que es puta contra su voluntad o que son víctimas de trata, demasiado generalizado y aceptado por eso mismo, cuando cifras más reales son mucho menores.

Tal como manifiesta Julia de Castro en el prólogo, este es un libro para cuya lectura la sociedad no está preparada. Tal vez eso cambie en el futuro, mientras tanto, habrá quien se atreva a entrar en sus páginas, donde encontrará un testimonio veraz y realista sobre lo que es la prostitución.

 En definitiva, Valérie May da voz a unas mujeres marcadas, rechazadas por una sociedad que reniega de ellas.

Selin