Maldad latente

Opinión:

Sandra Brown nos ofrece una novela romántica pero llena de intriga y tensión.

Desde que Emory se encuentra a disposición de su desconocido salvador o secuestrador, el lector no podrá dejar de hacerse preguntas sobre la identidad del mismo y por la finalidad de sus actos. Además, el hecho de no saber quién fue su agresor perdurará hasta el final, y el lector deambulará entre los dos sospechosos que se nos presentan, aunque en todas las preguntas fallaría la respuesta a ¿por qué?, lo que no se sabrá hasta el mismo final.

Los personajes son bastante estereotipados, aunque no por ello dejan de ser interesantes.

Por un lado tenemos a la protagonista principal, Emory, una joven pediatra que trata de ocultar a todo el mundo que proviene de una buena familia esforzándose en trabajar y colaborando en multitud de actividades benéficas. Es una mujer decidida y que no ceja en su empeño por demostrar su valía.

Jeff, el marido de Emory, es una persona con la que el lector no sabrá a que atenerse. Aparentemente todo apunta a que fue quien atacó a su mujer. Tiene una amante, la noche anterior a que ella saliese hacia el lugar donde desapareció habían tenido una fuerte discusión, parece un personaje frío, que controla muy bien cada uno de sus actos. Además parece resentido con su mujer, tal vez porque ella es demasiado independiente y toma sus propias decisiones, que en algunas ocasiones van en contra de sus proyectos.

El desconocido es un personaje que de entrada provoca cierto recelo debido a su mutismo, su reserva a hablar de su pasado, al hecho de no querer desvelar su nombre y las muchas mentiras que Emory va descubriendo. Por lo pronto sólo se puede intuir algo oscuro y tormentoso en su pasado, parece que se esconde de la gente como si estuviese huyendo; sin embargo, por cómo actúa no es cobarde, sino más bien una persona decidida, inteligente, fuerte y muy dominante. La incertidumbre sobre él está servida.

Esa incertidumbre se acrecenterá ante la aparición de un agente del FBI que busca a un hombre relacionado con una masacre ocurrida en Westboro años atrás. Lo que hace sospechar al lector que la persona que pueda estar buscando sea nuestro desconocido, pero ¿sería capaz él de matar sin más a tantos inocentes?

Pero no sólo de la intriga por saber quien fue el atacante de Emory o si el desconocido es quien busca el FBI, se nutren las páginas. También  tenemos una historia de amor que va surgiendo poco a poco entre Emory y el desconocido, cuando ella descubre que no es tan fiero como en un principio se imaginaba. Una pasión que romperá las barreras que la mujer se había impuesto y que destruirá su propia cordura. Sin embargo, ese amor parece tener fecha de caducidad: cuando el tiempo mejore.

La lectura es muy amena, el lenguje sencillo y fácilmente asequible lo que hace la historia fluya por sí sola. Además al llevar un buen ritmo, propiciado por la tensión que subyace en cada página ante tantas incógnitas como se plantean, el lector se verá sumergido en una novela que no podrá dejar hasta llegar el final, que por otro lado será totalmente sorprendente e inesperado.

Una lectura interesante y adecuada para quienes busquen intriga, acción y pasión. Un buena forma de ejercitar nuestra mente y jugar a ser detectives.

Mila L. Castelo