Magnetizado

Opinión:

"Magnetizado" no es una novela normal. A modo de pastiche, mezcla textos informativos, descriptivos y dialogados que se conectan con sencillez los unos a los otros, unidos sobre todo por el tema policíaco. Todos estos textos convergen en un punto central: Ricardo Melogno, el asesino serial que mató a cuatro taxistas en la Argentina de los años ochenta. Fue un caso con mucha repercusión en su época, pero que no ha trascendido a nuestros tiempos, a excepción de este libro de Carlos Busqued en el que se reflexiona, mediante conversaciones con el asesino, en torno a qué lo condujo a cometer los crímenes.

El pastiche y la reflexión sobre los límites formales de una novela fueron dos recursos literarios que se explotaron con maestría hace ya décadas. Resulta evidente, pues, que Busqued no pretende enfatizar esos detalles formales ni desarrollar una literatura experimental. Más bien busca ir más allá: a lo que transmiten las palabras y las ideas. "Magnetizado" representa, en mi opinión, un viaje al interior de la psique humana cuyo objetivo es demostrar, desde dentro, que todos nos parecemos.

¿Qué mejor que la mente de un criminal, de alguien inestable, para demostrarlo? Y es que, en la narración de sus experiencias, Ricardo Melogno rememora cómo la relación con sus padres configuró de forma crucial la persona en la que se convirtió. Entre un padre ausente y una madre espiritista y violenta, obsesionada con los espíritus, Melogno vivió una infancia turbulenta que lo llevó a pensamientos pesimistas. No es extraño, en casos así, que uno se refugie en su interior.

Sin buscar la exculpación de los crímenes, el relato de sus memorias crea en el lector la imagen de un Melogno muy distinto al que se podría esperar de un asesino. En "Magnetizado", Carlos Busqued viene a decir que todas nuestras acciones nacen de los pensamientos, y en ellos se gesta el mundo. Pensar la maldad puede ser vivirla, y eso nos puede convertir a todos en potenciales asesinos.

Darío Luque