Anika entre libros

Lágrimas y santos

Ficha realizada por: Inés Macpherson
Lágrimas y santos

Título: Lágrimas y santos
Título Original: (Lacrimi şi Sfinţi, 1937)
Autor: Emil Cioran
Editorial: Hermida Editores
Colección: El Jardín de Epicuro


Copyright:

© De la presente edición, Hermida Editores, 2017

© De la traducción y el prólogo: Christian Santacroce

Emil Cioran, LACRIMI ŞI SFINŢI © Humanitas, 1991

Traducción: Christian Santacroce
Edición: 1ª Edición: Septiembre 2017
ISBN: 9788494664755
Tapa: Blanda
Etiquetas: religión crítica social dios muerte ensayo espiritualidad filosofía literatura rumana reflexiones pensamiento santos culpa religiones monoteístas nihilismo
Nº de páginas: 200

Argumento:

En "Lágrimas y santos", Emil Cioran plantea una búsqueda, un acercamiento a una visión de la existencia que a menudo puede resultar contradictoria, pero que guarda una coherencia interna en medio del caos. El tratamiento de temas como Dios, los santos, la mística o la espiritualidad van desgranándose en estas páginas llenas de una belleza lírica extraordinaria.

Filósofo conocedor de Schopenhauer o Nietzsche, plantea en este libro un viaje mental por las diferentes maneras de entender la religiosidad, la espiritualidad, siempre con un punto sarcástico, a veces oscuro, pero sin abandonar del todo un extraño himno a la vida cargado de sombras.

Y es que la contradicción es algo que parece respirar en el interior de este texto, moviéndose entre las luces y las sombras, entre la vida y la muerte, señalando de una forma brutal, sobre todo para su época, la imagen de Dios y nuestra manera de relacionarnos con él. Y entre medio, siempre las lágrimas, esa imagen preciosa que está cargada de simbolismo y de belleza.

 

Opinión:

 

Hay libros que te dejan sin palabras, sin capacidad de acotar, de resumir, porque lo que se dice en su interior es tanto que reducirlo a algo concreto y simple sería faltar al respeto a la belleza, tanto en estilo como en contenido, de las páginas que has leído. Es el caso de "Lágrimas y santos", de Emil Cioran, un libro que se publicó en 1937 y que, a pesar de ya haber sido publicado en 1988 por Tusquets, ahora aparece de nuevo de la mano de Hermida Editores, con el texto íntegro y traducido por Christian Santacroce directamente del rumano.

Acostumbrados a leer ensayos en los que la argumentación se sigue entre párrafos, la estructura libre de este libro puede sorprender al lector. No es que sea caótico en la forma, pero cada párrafo es en sí un canto al pensamiento y a la reflexión. Y cada uno de ellos sirve por sí solo. Se podría leer un párrafo por día, perder el hilo, y no pasaría nada, porque la densidad de lo que se dice a cada frase, la brutalidad, a veces cáustica, de sus palabras, son como bofetadas al cerebro. Y a su vez, la belleza de sus imágenes, la forma extraordinaria en que hila los pensamientos, las metáforas, hace que, en ocasiones, olvidemos que estamos ante un libro de filosofía, porque es mucho más que eso.

Es un río, un flujo de reflexiones que van dibujando caminos, salpicándonos con frases que golpean y sorprenden. Los santos aparecen, por supuesto, y también las lágrimas, que sirven como una metáfora extraordinaria, un compendio de algunos de los pensamientos recurrentes del libro. La espiritualidad, el análisis de Dios, su figura o la relación que tenemos nosotros con él y a la inversa, se mezclan con el canto a la capacidad de elevarse de la música o la poesía. El erotismo de la mística, esa unión voluptuosa de las santas con ese Dios al que se entregan, salpica los párrafos, como también el sufrimiento, la culpa, esa idea de que Dios nos creó porque se sentía solo y necesitaba compañía, alguien que le distrajera.

Se analiza al hombre, su relación con la vida, y con la muerte, por supuesto. Esta última ronda las páginas para teñirlas de un extraño pesimismo, un sentimiento que, a su vez, no se puede desligar de la vida. La melancolía, la nostalgia de algo que no tenemos, esa desgarradora profundidad que nos acecha…

Adentrarse en Cioran es adentrarse en un pensamiento duro, difícil y a la vez hermoso. El caos contradictorio que parece reinar en su prosa está, sin embargo, medido, pues cada párrafo tiene su tempo, su forma de abrirse camino en tu cabeza para sorprenderte, para romperte o escandalizarte incluso. Y es que estamos ante un libro extraordinario, no apto para todos los públicos, pero que resulta un regalo para todos aquellos que se atrevan con alguien capaz de comparar la santidad con la enfermedad, que nos habla de la noche como un «universo de luto», y nos recuerda, con palabras de Dostoievski, que el sufrimiento «es la única causa de la conciencia».

Insisto en que es difícil acotar todo lo que en este libro se apunta, porque es mucho. Son conceptos, ideas, imágenes cargadas de una fuerza desgarradora. Somos seres solitarios a los que Dios no mira a la cara. Seres que sufren, que buscan, que viven y, a veces, se elevan. Cómo elevarse y en qué dirección quizás dependa de cada uno. En uno de los múltiples momentos en que habla de Dios, de la espiritualidad y nuestra relación con ella, nos recuerda que «Toda forma de Dios es autobiográfica. No sólo procede de ti, sino que además te interpretas en ella. Es una doble visión introspectiva que nos descubre la vida del alma como yo y como Dios». Sólo que por reflexiones como esta, ya vale la pena atreverse a abrir este libro y sumergirse en él.

Inés Macpherson

 

 

Frases de esta opinión pueden utilizarse libremente en otros medios para promoción del libro, siempre que no se varíe y se mencionen al autor de la misma y al medio anikaentrelibros.com

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