La Santa

Opinión:

Cuesta mucho hacer una reseña no entusiasta cuando en realidad te sientes entusiasmada tras haberlo leído. Además me suelen pedir recomendaciones de novelas y pocas veces siento que puedo recomendar una en particular que no siendo exclusivamente de terror, sí lo tiene, pero que por todo aquello que contiene y por lo bien que está contando, gustará a un amplísimo grupo de lectores. Así que hacedme caso y leed lo que os voy a contar.

En los años 50, mientras Franco gobernaba el país, las niñas estudiaban con alabanzas a la patria. Esta pequeña frase que parece una memez me sirve para comentaros algo: Mado Martínez ha conseguido clavar una época a la perfección sirviéndose de detalles como los de los libros que utilizaban para estudiar, los discos o las canciones infantiles. Si a esto le sumáis que la ambientación cercana -el colegio para señoritas y los alrededores- están sumidos en un clima desapacible que les dejará prácticamente aislados del resto del mundo, y que los personajes temen y creen ciegamente en la Santa, un espíritu voraz y feroz que es, a su vez, la versión de este lugar de la Santa Compaña gallega, tenéis una historia que ya puede cautivaros.

Pero no queda ahí. Los personajes están llenos de misterios: algunos tienen secretos -unos cuantos, de hecho-, otros son intuitivos, las niñas están perfiladas a la perfección, lo mismo ocurre con los adultos (creedme si os digo que a algunos los odiaréis profundamente en algún momento de la novela), y la intriga es total desde el minuto uno.

Algunas niñas están desapareciendo. Los lugareños lo achacarán a la Santa, pero el escéptico director del colegio creerá más en un perverso secuestrador. Y mientras tanto asistiremos a pequeñas pero espeluznantes imágenes donde la Santa se deja conocer. Y qué escenas.

Me daba mucho miedo que con tantos secretos a cuestas, la autora no hubiera sido capaz de atar todos los cabos y no redondear esta parte de la historia -o historias-, pero sí lo hace, justo cuando está finalizando nos va desvelando los misterios y dando sentido a muchas cosas. Puede parecer precipitado pero es que el final de la novela es como cuando te arrolla un tren.

Pero si como amante del terror me he emocionado con las escenas a las que aludía antes (y no son las únicas, aquí el mal y la perversidad acechan en bastantes páginas), lo mismo me ha ocurrido viendo cómo escribe Mado Martínez. Es un verdadero placer leer un libro bien escrito, poético en ocasiones, muy trabajado, lírico, y al mismo tiempo nada engolado, y encima una lectura ágil. No quiero dejar de nombrar este detalle porque leo muchísimos libros -bien lo sabéis- y son poquísimos de los que puedo hacer notar la belleza de la escritura. Bravo, Mado.

Con todo esto no es de extrañar que se proclamara ganadora del XIX Premio de Novela Ateneo Joven de Sevilla. En "La santa" hay terror, sí, pero también hay historias muy humanas, dolor, drama, sueños, abusos, despotismo, miedo, venganzas, pasados, futuros que no llegarán a ser, sexo, supersticiones… Es, además, una novela muy visual a la que no podía dejar de pensar que sería magnífica verla en el cine, en la gran pantalla, dirigida por un buen cineasta.

He visto la nieve hasta arriba de las rodillas y la imposibilidad de caminar en parajes asturianos donde el clima está aislando a la gente, he visto los abusos, he visto ese espíritu avieso que quiere llevarse a las niñas, he visto santiguarse a los padres, enfadarse al director, asustarse a las niñas, ver con los ojos ciegos de Rosalía, he visto a Isabel en frases palmarias ("Esa chica había recibido tantos guantazos que se había vuelto inmune al castigo físico")…, a la profesora seducir a…, al profesor… tengo que callarme. Ni os imagináis la cantidad de cosas que ocurren en estas más de 370 páginas.

Hacedme caso, leedlo. Os lo recomiendo como si fuera chocolate. Un placer.

Anika Lillo