Flores muertas (Serie Bartolomé Monfort 4)

Opinión:

"Flores muertas", de Julio César Cano, es la cuarta entrega de la serie protagonizada por el inspector Bartolomé Monfort.

No había leído nada de este autor, y aunque esta cuarta parte se puede leer de manera independiente; de haber empezado por el principio, conocería en mayor profundidad a los personajes y su evolución a lo largo de las novelas. Me ha dejado buen sabor de boca esta entrega, así que es probable que me anime a leer las anteriores.

En esta historia, hay dos tramas paralelas que convergen al final.

Una de ellas se desarrolla en la actualidad, y tiene que ver con la investigación sobre la muerte del cantante, Joan Boira y más tarde, del escritor Gustavo Seguí. Dos personas sin aparente conexión, pero que tienen algo en común, además de la forma de morir. Monfort, Redó y un joven ayudante de la policía científica, Robert Calleja, serán los encargados de hallar esa conexión y de descubrir al asesino. Un trabajo nada fácil, ya que hay numerosos sospechosos, entre ellos, los integrantes del grupo, el director de la compañía discográfica o hasta la propia novia de Boira.

La otra trama comienza en 1985 y continúa hasta la actualidad. Está narrada en primera persona por un sujeto desconocido, al que iremos conociendo poco a poco. La narración alterna las dos tramas, en pasado y presente, por lo que a medida que avanza la investigación, también iremos conociendo un poco más a ese sujeto misterioso.

La novela está ambientada, como viene siendo habitual en esta serie, en Castellón. Si conoces la ciudad, reconocerás sus calles y plazas fácilmente; de no ser así, te situarás sin problemas en el escenario gracias a las descripciones tan precisas que hace el autor de los lugares donde trascurre la acción; como, por ejemplo, el mítico edificio de correos, tan presente en esta novela.

Hay numerosas referencias literarias y musicales en esta historia, se nota que en el pasado, Cano trabajó como músico y mánager de grupos. Sin duda, esa experiencia dota de realismo a la trama, ya que cuida al máximo los detalles que tienen que ver con los entresijos de las discográficas y del mundo musical en general.

La novela se desarrolla con un ritmo constante y ágil, donde la investigación policial de los asesinatos del cantante y del escritor, es llevada a cabo de manera minuciosa y realista; en contraste con la otra investigación sobre lo ocurrido en 1985, donde el trabajo policial dejó mucho que desear. Me ha gustado ese matiz, ya que no todas las investigaciones son resueltas con acierto y en muchos casos, se cierra el asunto sin apenas darle vueltas, ya sea por falta de pruebas o de presiones por parte de los familiares.

Como ya dije, el ritmo es tranquilo, es una lectura para disfrutar sin prisas. El autor va dosificando la información, logrando mantener el interés del lector hasta el final.

En definitiva, "Flores muertas" es una lectura entretenida y llena de intriga, que, a pesar de no tener un ritmo vertiginoso, te atrapará desde el primer momento.

Mónica CZ