Anika entre libros

Engañar a la muerte

Ficha realizada por: Pilar López Bernués
Engañar a la muerte

Título: Engañar a la muerte
Título Original: (Tramper la mort, 2014)
Autor: Maryse Rivière
Editorial: La Esfera de los Libros


Copyright:

© Maryse Rivière, 2014

© Librairie Arthéme Fayard, 2014

© La Esfera de los libros, S. L., 2016

Traducción: Montse Roca
Edición: 1ª Edición: Febrero 2016
ISBN: 9788490605677
Tapa: Blanda
Etiquetas: celtas mafia asesinos en serie género negro investigación policiaca Irlanda leyendas libros premiados literatura francesa novela secuestros perfiles criminales IRA rivales sociedad irlandesa ritos celtas
Nº de páginas: 325

Argumento:

Yann Morlaix, un librero reconvertido en criminal, huye de la policía bajo el subsuelo del parisino barrio de Montmartre. Se le da por muerto, finalmente, pero no recuperan el cuerpo.

Dos años después, el ADN de ese sujeto aparece en Irlanda junto a los restos de algunos cadáveres de mujeres, enterradas en la turba y muertas de forma similar. Todo indica que Morlaix huyó a ese país y actúa como un asesino en serie. Las policías de Irlanda y Francia tendrán que colaborar a contrarreloj antes de que el criminal vuelva a matar.

Premio Quai des Orfèvres 2015

 

Opinión:

 

Lo más llamativo de "Engañar a la muerte" es la ubicación y el entorno en que se mueve el asesino: Irlanda, antiguos miembros y simpatizantes del IRA y ese mundo de ancestrales leyendas y costumbres celtas.

También están presentes las conexiones entre los independentistas bretones y los irlandeses por el origen celta de ambas culturas, a las que la autora añade Galicia. Ese escenario en el que la identidad de los pueblos está muy marcada todavía por su origen común, sirve de base al criminal, que se permite seleccionar a las víctimas comenzando por el nombre (siempre celta), se apoya en "El libro de Kells" y hasta se atreve a enviar a una antigua novia postales relacionadas con ese códice, sin texto escrito y anónimas, pero tras cada uno de los crímenes cometidos en Irlanda. 

A simple vista, la novela parece que ha de ser trepidante. Esas leyendas celtas, la retorcida forma de actuar de un asesino muy escurridizo y el Premio recibido por la obra, apuntan a una lectura sin pausa. Y ahí me he llevado la primera decepción.

La prosa de Maryse Rivière es pausada, lenta; solo en las páginas finales hay algo de acción. El texto está repleto de aforismos y términos irlandeses, celtas y franceses que, aunque están traducidos, ralentizan la lectura. Sin embargo, en contraposición, las descripciones son pobres, las explicaciones apenas existen... Y lo mismo ocurre con los personajes, incluidos los protagonistas: No sabemos nada de ellos, excepto el nombre, por lo que es difícil situarse, seguir sus movimientos hasta el desenlace..., y  perderse en una maraña de nombres propios de sujetos que apenas participan en la novela, especialmente los policías franceses, muchos, la mayoría sin papel alguno o muy poco relevante.

Se pone de manifiesto la rivalidad entre los investigadores franceses y los irlandeses. Ambas policías se ven forzadas a colaborar, pero tras esos saludos a los que obliga una mínima cortesía, se percibe muy poca sintonía. Los primeros han de lidiar con la mala imagen que tienen tras dar por muerto al criminal sin tener el cuerpo; los segundos están habituados a vérselas con antiguos miembros del IRA y traficantes, pero carecen de experiencia si de asesinos en serie se trata.

Han de entenderse, no obstante, tras el descubrimiento de algún cuerpo más, un secuestro y la entrada en escena de una banda mafiosa y criminal que parece dar soporte al asesino. También los irlandeses admiten que es importante el perfil que el investigador francés Damien va elaborando del fugitivo, basándose en una forma de actuar marcada más por la psicología y la seducción por el entorno celta que por la política. Ahí cojean los conocimientos de los isleños, que parecen desconocer lo importante que son los estudios de perfiles en un caso criminal.

Los capítulos están escritos por un tercer narrador salvo algunos, los que narra en primera persona Damien. Aún así, son poco intimistas. También en este caso, apenas sabemos nada del protagonista y, simplemente, se trata de leer, aceptar lo que nos cuenta e ir avanzando hasta el final.

Me ha parecido una novela sin apenas suspense, con una trama predecible y bastante plana si la etiquetamos como "novela negra". Las actuaciones policiales, a su vez, las encuentro flojas. 

Lo que sí es destacable es la información sobre el entorno celta, sus leyendas y misterios, las huellas que han marcado a determinados pueblos, como el irlandés... Del último se describen también costumbres, carácter y se explica ese escenario en que se movió durante décadas el terrorismo del IRA.

Pilar López Bernués

 

 

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