El regreso a casa

Opinión:

No sé desde cuando me gusta todo el rollo este de la mitología nórdica, la griega, Troya, la Odisea y toda la pesca. Y en realidad, tampoco es que importe. Pero el caso es que cuando la peli Troya se estrenó, la de Wolfgang Petersen con Pitt, Bana, Bloom y Kruger allá por el lejano 2004, creo que solo sabía lo típico del talón de Aquiles y por supuesto, lo del famoso caballo.

Agamenón, interpretado por Brian Cox, en seguida me resultó odioso. Abofeteable como mínimo. No me equivoqué con él y eso que no conocía todo el papel que jugó en el mito ni todo lo cabrón que llegó a ser. Porque, aparte de sacrificar a su propia hija, Ifigenia, (cosa que le valió el odio eterno de su mujer, Clitemnestra, y el posterior asesinato a su triunfal regreso) a cambio de que los dioses ofrecieran unos vientos favorables que llevaran a Ilion a la vasta (y basta) tropa, cuando finalmente, tras diez años de asedio logró vencer a los troyanos, no tuvo piedad ni con los bebés y los mandó arrojar desde las almenas.

Así que yo comprendo a Clitemnestra. Y la justifico. Perder a tu hija por capricho divino para que mil guerreros vayan a luchar para traerse de vuelta a la mujer de tu cuñado, que también es tu hermana… A esa gente que dice «yo no pido venganza, pido justicia» yo les digo: ¡y una polla como una olla! ¡Venganza pura y dura porque justicia no se puede hacer!

En fin. Ese es el germen de "El regreso a casa" y en él se narra la vuelta a casa de Agamenón, o mejor dicho, de su trofeo, Casandra, la sacerdotisa hija de Príamo, rey de Troya, relegada ahora al rol de concubina. Casandra, la misma a la que Apolo, para poder llevársela a la cama le regaló el don de la profecía y el cual al ser rechazado tuvo el bonito detalle de escupirle en la boca para que nadie creyera sus predicciones. Una historia contada por su esclava, o como ella dice, su «recogepedos», desde que embarcan en Troya, cargados con tesoros frutos del saqueo de la ciudad que han dejado en ruinas, hasta la llegada a su palacio, pero también alternaremos con el punto de vista de la reina.

Casandra está convencida de que sus horas están contadas. Ha tenido una de sus visiones en la que se veía muerta junto con Agamenón y está dispuesta a morir si ello significa que el cabrón que la obliga a follar con ella, ese que ordenó arrojar a su sobrino, entre otros muchos, desde las alturas muere con ella, porque si ella se salva, tal vez la profecía no se cumpla y en consecuencia él también se salve.

La autora refleja muy bien los cambios que se han producido y que se producirán en Micenas en todos los niveles: político, social y personal. Clitemnestra ha ostentado el poder en ausencia del rey y le ha cogido gusto. Los consejeros la escuchaban y respetaban. Ahora esos mismos consejeros le dan la espalda cuando el rey se reúne con ellos y Clite siente una punzada. Sabe también que no debe estar celosa de Casandra, que en todas las guerras las mujeres son trofeos forzosos. Además, ella odia a su marido, pero aun así le duele que prefiera acostarse con el premio antes que con ella…

Casandra sabe que Clitemnestra lleva diez años preparando su venganza y aunque no sabe cómo lo va a hacer sabe que lo hará. Pero, ¿y si en el último momento flaquea?

Pat Barker teje y desarrolla una historia que siempre se nos ha contado en dos escuetas líneas y nos maravilla con la psicología de los tres personajes clave. Ahonda en sus emociones y sentimientos y nos da puntos de vista que seguramente ignorábamos hasta este momento, tal vez por no habernos puesto en el lugar correcto de la historia, del mito o de la leyenda.

"El regreso a casa" es una historia estupendamente escrita, que atrapará a todos los lectores a los que les gusten las buenas historias, ya sepan de mitología o no tengan ni puta idea.

*Publicado por Ediciones Siruela.

Diego Palacios