El rastro de la libélula

Opinión:

Por su estilo, por su contenido y por todo su desarrollo, esta novela se tendría que vender junto con un balón de fútbol, de reglamento a poder ser, haciendo así un pack completo.

Esa propuesta que hago tiene como motivo que la trama está totalmente centrada en el mundillo del fútbol, que es en el que se mueven tanto las víctimas, unas cuantas, como el periodista que protagoniza la novela y también la mayoría de personajes secundarios.

No sé si ha sido con ánimo de no levantar suspicacias o para evitarse esa coletilla de que todo es fabulación del autor, lo que sí aparece en cierto momento es que los hechos presentados ocurren en el futuro, concretamente en el año 2024. Al principio ese dato no está disponible, ni en la mitad; si no me equivoco, es sólo al final que empieza a verse alguna referencia del año en que está situada la historia.

Lo que sí hay son comentarios sobre datos de fútbol, incluso internacional, sobre resultados y nombres destacados, con una atención mayor sobre el Real Madrid, equipo que está en medio de todas las complicaciones, con un jugador desaparecido, el entrenador que lo trajo a la plantilla sobrepasado por las circunstancias y con un pie fuera del equipo, además de varios jugadores que tampoco andan finos.

Aun siendo una novela futbolera y aparte los buenos recuerdos que aparezcan entre medio, la trama retrata una realidad complicada, con muchos trapos sucios y con personajes con una especie de doble vida: por un lado la deportiva que se ofrece al público; por otra el aprovechamiento de la fama para satisfacer sus bajos instintos entre orgías (abusos sexuales incluidos), drogas y lo que se tercie.

Por todo eso, "El rastro de la libélula" puede ser, en mi opinión, una novela complicada para algunos lectores, aunque también es cierto que tiene una trama con mucha miga y bastante pelota, lo que también gustará a los lectores que quieran meterse de lleno en una historia turbia y con muchos flecos.

Selin