El maestro de los enigmas

Opinión:

En "El maestro de los enigmas", Danielle Trussoni nos sumerge en un thriller tan intrincado como un cubo de Rubik de dimensiones ocultas. La novela arranca con una premisa extraordinariamente apasionante: un hombre dotado de una capacidad sobrenatural para resolver acertijos, cuya vida pronto se enreda en un laberinto de pistas crípticas, rituales ancestrales y códigos secretos. Es un viaje que abarca siglos, tejiendo un hilo narrativo desde la Praga mística del siglo XIII hasta una prisión de mujeres en Nueva York, donde los sueños y los secretos se niegan a descansar.

La historia comienza con una fuerza arrolladora. Mike Brink, exestrella de fútbol americano, se transforma en el epónimo "maestro de los rompecabezas" tras sufrir una lesión cerebral traumática. Desarrolla el síndrome del Savant Adquirido, una condición real, extraordinaria y rara, que lo dota de una asombrosa habilidad para discernir patrones donde otros solo perciben caos. Esta singularidad no solo lo convierte en una celebridad, sino también en un personaje profundamente aislado, incapaz de la conexión emocional que anhela.

Su obsesión comienza cuando es convocado por un psiquiatra penitenciario para analizar un enigmático dibujo. El boceto lo hizo Jess Price, una joven condenada por asesinato que ha guardado silencio durante cinco años. El dibujo, un círculo de oración ancestral denominado El puzzle de Dios, esconde mucho más de lo que parece, arrastrando a Brink hacia lo inexplicable. En un giro vertiginoso, el futuro de la humanidad y del universo parece pender de su capacidad de descifrado.

Hasta este punto, la novela promete y el suspense se mantiene. Los misterios son genuinamente intrigantes y los personajes poseen un potencial palpable. La tensión aumenta con cada página, alimentada por asesinatos sin resolver, habitaciones secretas, antiguos manuscritos hebreos y símbolos religiosos que apuntan a un dios de género dual.

Sin embargo, a medida que el relato se adentra en su núcleo, comienza a desviarse hacia una dimensión desconocida donde lo críptico termina por sofocar lo narrativo. Trussoni introduce una miríada de elementos: golems, muñecas de porcelana con historias siniestras, sociedades secretas de transhumanistas que fusionan misticismo con tecnología, artefactos de poder esotérico y documentos históricos narrados a múltiples voces. Todo esto se presenta con un ritmo rápido, que, paradójicamente, frena la emoción por su exceso de complejidad.

La estructura alterna audazmente entre cartas del siglo XIX, entradas de diario, transcripciones de audio y la narración en tercera persona. Aunque esta técnica puede enriquecer y complejizar un relato, aquí a menudo entorpece el flujo y diluye el enfoque emocional. La narración se vuelve, en ocasiones, innecesariamente enrevesada, dejando la sensación de que la trama no termina de ensamblarse y permanece atrapada en su propio diseño laberíntico.

Y ahí reside el dilema central: el libro parece intentar desentrañar todos los misterios del universo simultáneamente. Los mitos antiguos, las discusiones filosóficas, las referencias religiosas, las muñecas que ocultan secretos y los círculos de oración que podrían reconfigurar la existencia... son demasiados elementos compitiendo ferozmente por la atención del lector. Esta fue, al menos, mi percepción.

Como aficionada a los acertijos, aprecio profundamente la intención de la autora: crear una experiencia literaria que emule el desafío mental de resolver algo intrincado. No obstante, hay una línea fina entre lo ingenioso y lo innecesariamente complicado. Esta novela la cruza repetidamente.

Esto no invalida sus virtudes. Algunas escenas están magistralmente escritas, y hay momentos genuinamente atrapantes, sobre todo cuando se nos permite seguir la mente de Brink en acción. Las ambientaciones están muy bien logradas -la crudeza de la prisión, el esplendor de la biblioteca Pierpont Morgan, la atmósfera gótica- y ciertos pasajes revelan piezas cruciales del rompecabezas en el momento justo. Aun así, en este caso, la suma de las partes prometía ser mejor que el todo resultante.

Estamos ante una novela ambiciosa, atrevida y temáticamente fascinante: aborda la fe, la tecnología, la historia, la psicología y la metafísica con audacia. Si bien Danielle Trussoni demuestra un innegable dominio del suspense y del misterio, esta obra, en última instancia, cae víctima de su propia y desbordante complejidad. Para lectores pacientes y apasionados por el simbolismo, los secretos crípticos, los mitos religiosos densos y los acertijos imposibles, esta podría ser, sin duda, una experiencia lectora muy gratificante.

*Publicada por Books4Pocket.

Violeta Lila