El internado suizo

Opinión:

Joanna Goodman nos trae "El internado suizo" su segunda novela. Si te gustó "El hogar de las niñas indeseadas", vas a querer leer "El internado suizo", ya que es incluso más adictivo.

La historia se desarrolla a dos tiempos, el actual, 2015, y el pasado, en 1995-1996. La autora en esta ocasión va alternando los dos tiempos en cada capítulo. Normalmente me pasa que tengo más ganas de leer una parte que otra, por intriga, por la manera en que está escrita, porque me llama más la atención la historia que la situación actual... pero esta vez tenía ganas por leer ambos. Por un lado me intrigaba la investigación actual que Kersti está realizando, su vida, sus problemas, las amigas con las que va quedando de cuando estaba en el internado; y por otro lado, quería saber cómo vivían las niñas en ese internado suizo, el Lycée, el cual tenía una gran reputación.

Me ha gustado mucho que la autora haya sabido crear esa igualdad de adicción a la hora de leer las dos partes. Me ha parecido que están muy bien hiladas, unidas referente a los sucesos que ocurren y con ese toque de misterio, thriller o "domestic noir", que encontramos durante toda la novela.

Los personajes que ha conseguido crear son muy potentes. En concreto una de ellas, Cressida Strauss, sin casi aparecer en la novela, lo llena todo y crea un halo que gira continuamente alrededor suyo, tanto en el pasado, como en el presente.
En el Lycée, Cressida, una noche, se cae desde su balcón en el tercer piso. Finalmente todos creen que ha sido un intento de suicidio y la investigación pronto se cierra.

Ahora, Kersti, una de sus mejores amigas, tiene sus dudas de que aquello ocurriese como dijeron y decide empezar a hacer preguntas.

Lo que se oculta tras el Lycée, dejó marcadas a muchas chicas que por allí pasaron, y de muchas maneras diferentes. El prestigio del Lycée para muchas fue una condena. Ellas sentían que molestaban en casa, que sus padres no las querían, que no tenían tiempo para cuidarlas, y las mandaban allí internas. Cambiar su casa por una habitación, clases especiales, excursiones y esquiar, todo para la clase alta de la sociedad. Niñas que desde muy pequeñas tienen que aprender a ser independientes y que echan de menos a sus madres, pero solo tienen a las madame's para cubrir esa falta de cariño.

Solamente el hecho de estar allí, condicionó la vida de muchas de ellas. Pero no fue lo único. También con lo ocurrido, vemos como es de delgada la línea de la manipulación en la mente de una niña de 8 años. Cómo la diferencia entre lo que está bien y lo que está mal es muy fina, tanto que es fácil cruzarla y provocar que ellas no se den cuenta hasta que crecen.

Una vez más, Joanna Goodman nos muestra la parte maligna del ser humano. Y en dónde el prestigio y la fama del Lycée, es justificación para barrer todo debajo de la alfombra. Cómo por dinero, una vez más el dichoso dinero, se hace la vista gorda y es como que no ha pasado nada. Una parte muy dura, y que aquí es ficción, pero por desgracia habrá ocurrido en más de una institución en la vida real.

En el Lycée, nada ni nadie es lo que parece, te animo a que traspases sus puertas y lo conozcas.

Vane Gómez