El corazón de la piedra

Opinión:

No es fácil diseccionar una obra que estilísticamente roza la perfección, que trabaja con un lenguaje culto y una prosa cuidada, y en donde se percibe ese halo de profesionalidad a la hora de mostrar tal rigurosidad en lo que se refiere al estudio histórico.

Descripciones llenas de lirismo, en las que para mi gusto rodea demasiado y enlentece una trama en la que el autor consigue reunir en un mismo texto a todo personaje de renombre de la época, organizando así un batiburrillo que no solo despista al lector sino que provoca que la misma obra jamás llegue a seguir un único hilo conductor, con lo que distrae su atención contínuamente. Lectura, por tanto, densa y lenta, más orientada a los hechos que a los personajes.

Los saltos en el tiempo y la incursión de nuevos caracteres que no tienen más relevancia para la trama general provoca que tanto Tomás Luis de Victoria, organista y maestro de capilla, como la archiduquesa Margarita, supuestos protagonistas, se conviertan en meros actores secundarios, y esta última en una narradora invisible y desdibujada, cuya voz se ahoga bajo una sucesión apabullante de acontecimientos históricos.

Volviendo a los personajes, pareciera que todos se hubieran puesto de acuerdo para atropellarse entre las páginas de esta novela, lo que me resulta excesivo, a pesar de la extensión de la obra.

Un acierto la elección de una época y una protagonista que pueden presumir de no dejar indiferente a ningún historiador o persona que esté interesada en las hazañas de la Armada Invencible, los sucesos de la batalla de Lepanto o algunas anécdotas y circunstancias que rodearon a la figura de parte de la realeza española de los siglos XVI y XVII, principalmente la vida de Felipe II. 

Incluso los amantes de la música eclesiástica disfrutarán y podrán tomar nota de una lista incontable de piezas religiosas.

Saray Schaetzler