El asesino indeleble

Opinión:

Cuando cogí esta novela lo hice pensando que tenía toda la pinta de servirme para desengrasarme de otras lecturas más densas, y acerté. Es dinámica, entretenidísima, tiene unos personajes carismáticos y una historia brutal. Lo tiene todo para recomendar leerla si esperas desconectar de tu mundo y reconectar con ciertos personajes que consiguen que solo tengas ojos para ellos. Para empezar, Sanders, Jeff Sanders: decir un tipo duro es quedarse corto, más bien es un policía traumatizado (no se espera menos) pero en este caso tiene un plus: a este hombre no le matan a un compañero o a su familia por venganza, su trauma es fruto de la casualidad. El sentimiento de culpa no le abandona y el alcohol tampoco. Es incapaz de trabajar sin beber, pero también esto es un método para soportar las migrañas que le acosan cada vez con más fiereza. Este Jeff Sanders que cae mal a todo el mundo, te caerá bien a ti, como le pasa al sheriff de Between Forest, que conoce su fama (la buena, la que le hizo tener un estatus especial dentro del cuerpo de policía) y como buen ciudadano espera conseguir que se solucionen los asesinatos (porque habrá más, claro que sí, se trata de un asesino en serie); así pues, si Sanders bebe que lo haga, porque solo él es capaz, al parecer, de encontrar el hilo de donde tirar para encontrar la verdad.

Sanders es autodestructivo, alcohólico, socarrón, tiene un sentido del humor bastante peculiar y es algo cabroncete. Y también parece frío, pero todo personaje de este tipo suele esconder algo, y Sanders no es una excepción. "Mejor llorar ahora que después", dice. Y tiene razón si se quiere evitar un mal mayor. A veces ser mezquino esconde algo llamado amor, pero para entender esto hay que leer la novela.

Por otro lado están asuntos internos y el FBI o los federales, esas moscas cojoneras que se llevarán la gloria si apartan a Sanders del caso. Y finalmente tenemos a su compañero, Dan, un hombre joven, con familia, con el que mantiene cortas charlas dignas de enmarcarse. Dan parece ser el único que lo aguanta pero tiene una razón, un secreto que en un momento dado contará a su esposa.

He mencionado los diálogos entre Sanders y Dan, y es que, de verdad, me han encantado. El primero es socarrón, pero Dan sabe manejar las conversaciones, unirse a su juego y hacer que resulten simpáticas a pesar del tono. Yo he llegado a reírme a carcajada limpia al leer en voz alta una de sus conversaciones, y eso no tiene precio.

En "El asesino indeleble", nombre o apodo que por supuesto le ponen los medios, tenemos a un asesino en serie, más aún: un asesino ritual. Las víctimas son chicas, hay mensajes y novios culpables que dicen ser inocentes aunque haya constancia absoluta de que fueron ellos los que las mataron. Es evidente que hay un inductor al crimen pero la cuestión es descubrir quién y por qué. El por qué yo lo supe enseguida debido al tipo de tortura que sufrían ellas, bastaba con recordar la teoría de la navaja de Ockham; por improbable que parezca, la más sencilla o en este caso más lógica, es la buena (esto de leer mucho te hace muy avispada) pero Marcos Nieto Pallarés tiene mucho mérito porque aun sabiendo de antemano esto -y confirmándolo más adelante- consiguió mantenerme atrapada a su libro.

Que se trata de una venganza es algo obvio, el por qué elige a esas víctimas es otro tema. Ese es el hilo de que tendrán que tirar para rebuscar algo del pasado lo suficientemente fuerte como para alguien grabe las palabras "justicia poética" en el cuerpo de la primera víctima. La cuestión es que, por más que investigan, en Between Forests no parece haber pasado nada especial.

Hay una enfermedad por medio de la que no puedo más que mencionarla de paso, pero que influye mucho en esta historia, y especialmente en la parte más emocional de la novela. Y no os digo el final, que es espectacular, brutal y casi diría que como un puñetazo directo al corazón. Hace daño.

"El asesino indeleble" está narrado por varios personajes: Sam, Dan, el sheriff… y cada uno de ellos imprime su personalidad. Aquí demuestra el autor que sabe hacer personajes que no sean planos, no se expresan todos igual ni sienten todos igual.

Yo me pregunto si sus otras novelas tienen personajes diferentes y son autoconclusivas. Lo que sí puedo deciros es que el género negro es lo suyo y que sigue en ello. Solo espero que sigan publicándole sus obras si no baja el listón porque esta novela está genial. Bien escrita, una trama muy bien elaborada, personajes singulares, incluso una búsqueda del asesino contrarreloj… tic tac, tic tac… Muy recomendable.

Anika Lillo