Amigos de paso
Título: Amigos de paso
Título Original: (Down There on a Visit, 1962)
Autor: Christopher Isherwood
Editorial:
Acantilado
Colección: Narrativa del Acantilado
Copyright:
© 1959, 1969, Christopher Isherwood
© 1987, 1989, Don Bachardy
© 2025, María Belmonte Barrenechea (de la traducción)
© 2025, Quaderms Crema, S.A. (de esta edición)
Edición: 1ª Edición: Octubre 2025
ISBN: 9788419958655
Tapa: Blanda
Etiquetas: amistad Grecia aventuras burguesía Estados Unidos narrativa literatura inglesa novela sexualidad viajes novela introspectiva años 30 entreguerras homosexualidad queer autoficción identidad deseo emociones
Nº de páginas: 384
Argumento:
En "Amigos de paso", Christopher Isherwood convierte episodios de su propia vida en cuatro retratos autónomos, cada uno centrado en una figura que marcó su formación emocional. Desde su primer viaje a Alemania en 1928 como huésped del ascético Lancaster hasta la convivencia en una isla griega con el ambiguo Waldemar en 1932, el narrador descubre, a través de esos vínculos, tanto la fascinación por nuevos mundos como los riesgos del aislamiento y de ciertas formas de vida regidas por la renuncia. Las dos últimas secciones lo muestran en pleno clima de preguerra: primero, en 1938, reencontrándose en Londres con un Waldemar que huye del nazismo; después, ya instalado en Los Ángeles en 1940, dejándose arrastrar por Paul, un joven magnético con quien explora, bajo la guía del gurú Augustus Parr, una disciplina espiritual basada en la autodisciplina y la meditación. El conjunto compone una autobiografía velada donde Isherwood indaga cómo su identidad se forja en la relación con quienes pasan -a veces fugazmente- por su vida.
Opinión:
Christopher Isherwood, autor de novelas tan influyentes como "La violeta del Prater" y "Un hombre soltero", construye en "Amigos de paso" una de sus obras más singulares: un mosaico autobiográfico en cuatro movimientos que rehúye la idea de la novela unificada para explorar, más bien, el modo en que una vida se articula a través de encuentros fragmentarios. Frente a la tersa elegancia de sus novelas más tardías, aquí Isherwood recurre a su yo literario, a ese "Christopher" a medio camino entre personaje y máscara autobiográfico, para examinar qué significó atravesar el siglo XX entre Berlín, Londres, Grecia y Los Ángeles, siempre con la intuición de que la identidad se construye mirando, y dejándose mirar, por los demás.
El libro se estructura en cuatro retratos ("Lancaster", "Ambrose", "Waldemar" y "Paul") que trazan un itinerario de formación oblicuo, siempre a partir de encuentros que revelan zonas ciegas del propio narrador. En el primero, Lancaster aparece como un hombre rígido y solitario cuya depresión late bajo una fachada de corrección británica; su incapacidad para reconciliarse con el mundo funciona como advertencia temprana para un Isherwood joven, arrogante y aún incapaz de leer el sufrimiento ajeno.
Ambrose, por su parte, se desarrolla en el falso paraíso de una isla griega donde el excéntrico anfitrión, rodeado de aduladores y excesos, encarna el aislamiento narcisista de quien convierte la libertad en un teatro privado: una figura grotesca pero también trágica, reflejo de la tentación del narrador de desistir de toda responsabilidad. El capítulo de Waldemar desplaza el eje hacia el ascenso del nazismo y muestra cómo el deseo -en este caso, las lealtades afectivas hacia un amigo alemán- queda atrapado entre la política y el miedo.
En este marco, "Amigos de paso" prolonga la línea de las "Historias de Berlín", no tanto por su ambientación como por su método: narrar la realidad desde una subjetividad queer que observa, interpreta y duda, desplazando el foco del retrato social a la anatomía de un yo en devenir. La homosexualidad, nunca tratada desde la culpa ni la excepcionalidad, opera aquí como una lente ética capaz de detectar la fragilidad de los otros, las grietas del fascismo cotidiano o la delgada frontera entre deseo, libertad y autoengaño. Esa misma lente adquiere su expresión más radical en Paul, el episodio final y quizá el más arriesgado del libro, donde se narra el encuentro entre Christopher y un joven prostituto que transita del hedonismo al fervor ascético y vuelve después al abismo, dejando al narrador ante un espejo incómodo donde la búsqueda espiritual se revela tanto vulnerable como irónica.
Como en otras de sus novelas, el estilo de Isherwood esconde aquí, tras una aparente sencillez, todo un entramado de contradicciones emocionales que hacen de su protagonista un personaje verosímil y coherente. No en vano, "Amigos de paso" es, en el fondo, un libro sobre la imposibilidad de narrar una vida de forma lineal y sobre la necesidad de aceptar que la verdad de uno mismo se juega, casi siempre, en la mirada de esos "amigos" que entran y salen, dejando atrás una huella más duradera de lo que creían. Sin ser una de las obras más brillantes del autor, ofrece una mirada apasionante a las relaciones masculinas -con un interesantísimo componente queer- en la primera mitad del siglo XX.
*Publicado por Acantilado.
Darío Luque
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Comentario de los lectores:
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