Una virtud perversa

Opinión:

"Una virtud perversa" es un soplo de aire fresco entre todas las novedades de joven-adulto, no solo porque tiene un mundo muy original con ambiente italiano mediterráneo, sino también por el planteamiento de inicio y por el gran desarrollo de personajes que se ha trabajado la autora.

Alessa es la última finestra, y debería tener un fonte cuyos poderes amplificar cuando venga el enjambre de demonios. Su posición la aisla de los demás y no puede tocar a nadie, lo que ya sería suficientemente duro de por sí, pero es que además, de los tres fontes que ha tenido, ninguno ha sobrevivido. El miedo de la gente, que ve acercarse el día de la invasión cada vez más sin una pareja de protectores, hace el resto: muchos creen que deben matarla para que surja una nueva finestra.

Ella se sacrificaría gustosa de saber que eso puede pasar, pero no está tan claro que así sea, así que busca protección en los bajos fondos. Su nuevo guardaespaldas va de malo, pero es el único en el que puede confiar, a pesar de que guarda un secreto que puede traer muchos problemas. En ese contexto, tiene que elegir a un nuevo fonte, pero todos los de la isla están aterrorizados por el don de Alessa y ninguno está deseando ser el siguiente, aunque en principio ocupar ese puesto fuera todo un honor.

Está claro que va a haber un romance desde el principio, pero la forma en que se desarrolla dicho romance es a fuego lento y muy coherente con la evolución de los personajes (que tienen un arco brutal) y sus secretos. Hay mucha química entre ellos, que comparten momentos de apoyo y vulnerabilidad. Me gusta que saquen lo mejor del otro y que, conforme comienzan a saltarse las reglas, aprendamos más sobre ese mundo.

La historia se desarrolla con giros interesantes que mantienen la tensión en todo momento y el ritmo es, además, muy bueno, con una tensión política y religiosa creciente, y una amenaza con cuenta atrás que hace que te preguntes cómo se las van a arreglar sin estar del todo preparados.

Está también muy bien narrado y al final hay un nuevo giro que, aunque este libro queda bastante cerrado, te anima a querer leer la continuación en cuanto salga.

Déborah F. Muñoz