Una noche mágica

Opinión:

Benedetta y Gregorio Mariani, dueños de una firma de moda ubicada en Milán, acuden anualmente a esa Cena Blanca invitados por Jean-Philippe Dumas y su esposa Valerie; el primero es una promesa en el mundo de las finanzas y la mujer, editora de Vogue. Ambos viven una relación perfecta y, pese a su juventud y unos empleos que requieren mucha dedicación, son padres de tres niños pequeños a los que adoran. Otra invitada del matrimonio es Chantal, una mujer de 55 años, guionista, viuda desde muy joven y con sus tres hijos, ya adultos, repartidos por el mundo. También acude al evento el carismático Dharam, un rico empresario indio, y un joven, llamado Xavier, que al concluir la cena sorprende a los comensales repartiendo farolillos de papel que, una vez encendidos, suben hacia el cielo y lo llenan de color.

Fiel a su estilo, Danielle Steel nos muestra un entorno glamuroso, unos protagonistas adinerados... y nos lleva desde París hasta Tokio, Los Ángeles, Milán, Cerdeña, Berlín, distintas ciudades de la India... En la mayoría de esos lugares, describe al lector espacios importantes de cada ciudad, sin olvidarse nunca de los más sofisticados. Ese mundo de ricos, en el que es posible usar un avión privado para ir al otro lado del mundo con el único objeto de comprar un vestido de novia, por ejemplo, queda muy bien reflejado en "Una noche mágica". 

También veremos, no obstante, cómo una importante oferta de trabajo puede poner a prueba a una pareja perfecta, o las consecuencias terribles de una infidelidad que los papparazi hacen pública y afectarán no solo a los protagonistas sino a su negocio. 

"Una noche mágica" me ha parecido una novela muy distraída y bastante atractiva. Los personajes son carismáticos y, a pesar de su falta de problemas económicos, sí tienen enredos, dudas y sinsabores. Es cierto que, en ocasiones, el texto es demasiado lacrimógeno, pero ese detalle ya forma parte del estilo de la autora, como lo es que nos lleve a las tiendas más exclusivas de moda, a joyerías de infarto y a los hoteles más lujosos de cada ciudad.

Lo que no me ha acabado de convencer ha sido la descripción de La Cena Blanca. Danielle Steel nos habla de miles de comensales, todos con invitación, pero que hasta el último momento no saben en qué explanada parisiense se hará el evento... No me imagino a gente tan glamurosa cargando con sus mesas y sillas plegables, arrastrando carritos repletos de cuberterías de plata y vajillas carísimas..., o llevando cada uno sus víveres y bebidas. Ese escenario lo veo muy surrealista en medio de una gran ciudad, especialmente porque requeriría mucha seguridad puesto que los amigos de lo ajeno no dejarían pasar una oportunidad como aquella para hacerse con algunas piezas de valor. En mi opinión, habría cuadrado más un evento como ese con poca gente, dentro de un palacete y un servicio cátering.

Hecho el inciso, la novela es distraída, aporta mucha información sobre los lugares por los que se desplazan los protagonistas y describe a la perfección la naturaleza humana, con sus luces y sombras.

Pilar López Bernués