Teleshakespeare

Opinión:

Como devoradora compulsiva de series de televisión norteamericanas que soy, sabía desde el principio que este libro de Errata Naturae (cuyo catálogo me parece una de las más originales propuestas dentro de la edición independiente española) iba a disfrutarlo muchísimo. Sí, Teleshakespeare es, en cierta forma, un producto ad hoc, diseñado para los adictos a un formato televisivo que se ha hecho en los últimos años con buena parte de la audiencia global y, en mi opinión, también con las mejores mentes pensantes en lo que se refiere a la construcción de guiones y personajes, que han sabido convertirnos a muchos de nosotros en adictos irrecuperables. Sin embargo, sería injusto decir que este libro es solo apto para incondicionales o iniciados. Creo que gracias al apartado inicial, donde el autor contextualiza el fenómeno de las series, su crecimiento y auge espectacular desde la última década del siglo XX, dando claves de la importancia de temas de actualidad histórica, social y política dentro de las tramas, de la influencia que ejercen en ellas artes anteriores, como la literatura y el cine, o del peso específico de las nuevas tecnologías en su construcción interna y difusión masiva, cualquier lector curioso disfrutará de su cata selecta y seguramente se sentirá impelido, si no lo es ya, a convertirse en un devorador de alguna de las teleseries examinadas por Carrión. Este se revela como un avezado crítico y un minucioso telespectador, capaz de trazar una visión panorámica de cada serie, señalando sus líneas maestras. Pero, además de apuntalar esa estructura básica, abre caminos de estudio e interpretación muy personales y sugerentes.

Desde un punto de vista general, estoy muy de acuerdo con su percepción de que el personaje protagonista de una serie cuenta con un atractivo propio que genera una adicción en sus seguidores, una necesidad de saber más acerca de él y de su vida en sucesivas entregas, con la que el cine no puede competir por motivos obvios. Si nos centramos  en el apartado concreto que se dedica a cada una de las series, apuntaría que he disfrutado de manera especial su tratamiento de la muerte y el duelo en A dos metros bajo tierra, sin duda una de las mejores y más singulares series de los últimos años, así como de la aguda visión de Mad Men  como rizo manierista o versión perfeccionada de Los Soprano, en lo que respecta a sus aspectos formales y narrativos. En efecto, pienso que en esta serie ambientada en una agencia publicitaria neoyorquina, durante los años cincuenta y sesenta del siglo XX, y protagonizada por el fascinante Don Draper, héroe cobarde y egoísta, se reinvierten a la perfección conocimientos previos de cine (Hitchcock), literatura (Proust), pintura (Hopper), etc., y se ponen al servicio de una narración impecable, que ha difundido y puesto de moda el estilismo vintage a nivel mundial.

Quizás los capítulos que me han parecido más prescindibles, puede que por falta de un conocimiento profundo de las series tratadas en ellos, sea el correspondiente a Héroes, interesante en su acercamiento a los cómics de superhéroes, pero un poco descompensado en lo que respecta al análisis de la serie de televisión, y el dedicado a Los Soprano, con una docena de apuntes en torno a su dimensión trágica algo heterogéneos e impresionistas a mi modo de ver.

Sin embargo, el abanico de títulos y de temas tratados es lo suficientemente amplio como para que cualquier interesado en este producto televisivo que se acerque al libro encuentre elementos de interés que hagan que merezca la pena su lectura.

Patricia Esteban Erlés