Ronin

Opinión:

"Ronin" me ha parecido una novela muy bien escrita, donde las descripciones te hacen viajar en el tiempo y parece que estás andando por el Madrid de los Austria o el Japón imperial del S. XVII, aunque quizás esta densidad de descripciones hace que la novela sea de lectura lenta y los acontecimientos tardan en desarrollarse, aspecto que hace perder un poco de interés por la trama.

Por el contrario, a los amantes de la novela histórica pura, "Ronin" no va a defraudarles por el acontecimiento original que narra, pues trata el tema de la llegada de la embajada de Japón a España y cómo sus componentes se quedaron en nuestro país; además el autor le dota del halo aventurero necesario para continuar hasta el final de las más de ochocientas páginas de las que consta la novela.

Los personajes de Constanza de Accioli y el samurái Saigö son los que más me han llamado la atención, pues generan en el lector infinidad de sensaciones que te hacen identificarte con ellos más que con otros personajes.

La situación del imperio español en Filipinas y las relaciones de los estados europeos con Japón es un tema que también me ha llamado mucho la atención, se nota la labor de investigación del autor.

La necesidad de hacerse un nombre de Dámaso Hernández de Castro, es el inicio de la historia a raíz de aquí toda la trama se desarrolla en la misión de éste en Japón y la huida de su amada perseguida por el amigo de Dámaso, Hortuño que encierra oscuros deseos para con la joven, que incluso visita en contra de su voluntad  y hostigada por el ínclito cortesano,  el castillo de la inquisición en Sevilla. Paralela a esta historia la de Saigö Hayabusa, un samurái solitario con una peligrosa misión, encomendada por su señor poco antes de caer junto con todos sus hombres en una de las batallas que siembran todo Japón, inmerso en una guerra civil.

Podemos terminar diciendo que "Ronin", sin llegar al nivel de "Assur", es una buena novela, con una trama muy cuidada y unos personajes elaborados, que nos dejan constancia de la calidad literaria de su autor, y que pese al ritmo lento que reina en la novela, es una lectura muy recomendable. 

Manuel Sánchez-Sevilla