Poder y resistencia

Opinión:

Esta es probablemente una de las mejores novelas que se han escrito sobre la transición de los antiguos regímenes comunistas de los países del Este europeo hacia regímenes democráticos.

Una obra impresionante, que más allá de estar centrada en Bulgaria, es un retrato impecable de cómo fue ese cambio histórico condicionado por dirigentes del antiguo régimen, cuya influencia se adaptó a los nuevos tiempos manejando las claves del poder emergente, a pesar de procesos electorales que podían haber provocado ajustes de cuentas con el pasado.

El viejo debate español de la Transición española entre reforma y ruptura, se ofrece en carne viva en esta gran obra, gracias a dos protagonistas que enfrentan su rol en la nueva sociedad. Por un lado, el mando de la seguridad estatal que torturaba y asesinaba, cuyo poder y bienestar sobrevive incólume al cambio histórico, y, por otro, una de sus víctimas, que se ve impedido de recuperar la memoria histórica para que la emergente democracia se depure de esos tumores del pasado que operan como una metástasis en la nueva política.

Una novela que ofrece un retrato perfecto de cómo el viejo poder, el judicial, el policial, el político o económico, permanece a pesar de los cambios políticos por importantes que sean. Algo que ayuda a entender la dificultad de la memoria histórica de democracias con pasados autoritarios.

Y eso permite al lector comprender perfectamente el actual poder de muchos antiguos dirigentes comunistas, incluso agentes de la seguridad del Estado, en muchos de los actuales gobiernos del Este europeo, lo que invita a una duda más que razonable sobre sus fundamentos y legitimidades democráticos.

Y además porque ayuda a entender lo complejo que es desmontar aparatos de poder erigidos en regímenes totalitarios, que cuentan con más resortes que incipientes y débiles organizaciones políticas con más ilusión que capacidad y recursos. Y en relación con esto, son impagables las páginas que protagoniza un viejo conocido de España, el rey de Bulgaria, que fue invitado a liderar el cambio democrático y que terminó abruptamente con un elocuente fracaso

Trojanow ha escrito una gran novela, triste, dura, pero a la vez imprescindible, precisamente porque escasea esa literatura, que además de presentarse con una evidente calidad literaria, nos ayuda a entender el presente, especialmente el de esos vecinos de Europa cuyas claves políticas nos resultan extrañas.

Una novela cuya estructura en capítulos alternativamente protagonizados por los dos grandes personajes de la obra, resuelve con brillantez su propósito narrativo, porque permite al lector contrastar las dos realidades que evolucionan en paralelo a pesar de su indisoluble vínculo, evidenciando ese dudoso devenir histórico de algunos países del Este europeo.

Una obra especialmente necesaria para los interesados en las transiciones entre regímenes autoritarios y democracias, lo que no desmerece para cualquier lector interesado en buena literatura, porque esta gran obra es una calidad extraordinaria.

Jorge Riet