Peter y Wendy

Opinión:

Peter Pan - su personaje, su trama, su historia - ha trascendido más allá de la obra literaria en sí y su figura predomina en el imaginario colectivo. ¿Quién no sabe quién es Peter Pan? ¿Quién no conoce su historia? ¿Quién no ha soñado con poder ser Peter Pan y así no crecer nunca? Uno de sus leitmotiv principales, la inmortalidad, es un tema muy recurrente en la historia de la Literatura. ¿Cuántos no han anhelado descubrir la fórmula para la inmortalidad? Peter Pan encarna aquel en el que muchos querríamos transformarnos, hasta tal punto de que existe "el síndrome de Peter Pan", aquel síndrome del que se dice que uno no quiere crecer. Cuando un personaje literario alcanza esa intromisión en la vida diaria de las personas, uno no se encuentra ante un personaje cualquiera. Se encuentra ante todo un clásico. 

Su autor, escocés y escritor célebre de la época, se basó parcialmente en la muerte de su hermano a una muy pronta edad. La otra inspiración se gestó en los jardines de Kensington, adonde él acudía con asiduidad para contarse historias con dos hermanos pequeños, los Llewelyn Davies. Escribió un par de obras relacionadas con Peter Pan, si bien el argumento era bastante diferente. La historia en sí llegó en forma de obra de teatro, titulada "Peter Pan o el niño que no quería crecer". Su éxito fue de tal magnitud, que el público exigió más historias sobre el descarado jovenzuelo. A pesar de las reticencias del autor por exponerse a una dependencia absoluta del personaje en su carrera editorial, poco menos de una década después del estreno de la obra teatral publicó la novela aquí reseñada, "Peter y Wendy", que compartía facetas y rasgos con la anterior obra pero a la que añadió matices para el lector se interesase y descubriese nuevos elementos. Poco más de un siglo después, la novela es la obra literaria traducida a más idiomas por debajo de "La Biblia". 

Sin duda alguna, la adaptación cinematográfica de Disney en 1953 desfiguró un tanto la obra original. Penguin Clásicos recupera la magia genuina de una obra que se perpetúa en el tiempo. La película conservaba la historia, pero no toda aquella paraliteratura que rodeaba el libro, es decir, su mensaje, sus descripciones, las caracterizaciones de sus personajes o su frialdad. Mientras que muchos guardan el recuerdo de un Peter Pan juguetón y travieso, la novela posee un tono un tanto más oscuro, hasta el punto de que la muerte es prácticamente omnipresente o Peter Pan manifiesta un carácter algo más severo. De hecho, la novela, por sus características, se acerca más al público adulto que al juvenil o infantil. Fuera lo que fuese, hay que redescubrir a Peter Pan, sumergirse en un mundo de fantasía y de magia donde batallan la responsabilidad del adulto y la inocencia del niño.

Es una obra fantástica, excelente, intrigante, encomiable, descomunal, que uno jamás debería olvidar. Permite soñar, auparse de esperanza y alejarse del anodino y pérfido mundo real. El lector hallará ingredientes nuevos que le harán cerciorar de la desvirtualización de Disney y de la grandeza de este ingente clásico.

Para más inri, su introducción, llevada a cabo excelentemente por Silvia Herreros de Tejada, revela una perspectiva real y cercana sobre el autor y su obra, que dan una clara idea de que la novela no simplemente se trató de una inspiración de las musas, sino de toda una elaboración pormenorizada y minuciosa.

Imperdible.

Cristià Serrano