No esperamos volver vivos. Testimonio de kamikazes y otros soldados japoneses

Opinión:

Libros sobre la Segunda Guerra Mundial hay muchos pero, la gran mayoría de ellos, se centran solo en la contienda en territorio europeo olvidando que la guerra se desarrolló también en otras zonas del planeta. También, cuando se habla de Segunda Guerra Mundial se tiende más a pensar en Hitler y Alemania que en otro frente que también tuvo su importancia: el oriental con Japón como principal rival.

La Guerra en el Pacífico ha sido, por otro lado, muy tratada en el cine especialmente en el estadounidense pero, al igual que ha ocurrido también con Alemania, siempre desde el punto de vista estadounidense o aliado muy pocas veces desde el nipón. Por que sí, también en Japón había gente que sufría y sentía los efectos de la guerra.

Dentro del ejército japonés, los soldados más famosos fueron sus kamikazes. No son muchos los que se plantean qué les pasaba por la mente y cómo podían aceptar su destino de forma tan serena, sin renunciar o mostrar cobardía. Pues bien, este libro que nos trae la editorial Alianza dentro de la serie de Historia de su colección El Libro de Bolsillo, es todo un documento histórico.

El libro recoge una serie de cartas. Pero no son cartas normales, sino las que los soldados japoneses, y los kamikazes, mandaban a sus familias y las que éstas les escribían. Son, como digo, verdaderos documentos históricos que nos muestran la otra cara de la contienda así como a unas personas que, como todos los que sufrieron la guerra, tenían sentimientos y sensaciones. Cada una de estas cartas, especialmente las que mandaban los soldados, permite ver el miedo que tenían, la incomprensión ante tanto horror, la nostalgia y la tristeza por estar lejos de sus familias. Testimonios bellos, dramáticos, cargados de sensaciones que hacen que el lector se meta en la piel de estas personas y sienta gran empatía por ellos.

Como historiadora este libro no solo me ha emocionado sino que me ha encantado. Me ha permitido conocer más sobre la Segunda Guerra Mundial en el bando nipón. Aprender y hacerlo con unos testimonios de primera mano.

La edición es, por otro lado muy buena. Destaca la introducción que hace Diego Blasco Cruces en la que explica cuál era la situación en la zona de China y Japón, también es de él la traducción al castellano del texto en japones, un idioma lleno de poesía que es muy difícil de traducir -basta ver el título original de esta recopilación-.

No hay nada que objetar a este libro, todo lo contrario. Lo considero de lectura casi obligatoria, sobre todo en clases de Historia Contemporánea. Tiene un lenguaje muy cercano. Son cartas, pero logran captar la atención del lector, muestran la vida en el Japón de la Segunda Guerra Mundial, despiertan curiosidad y admiración al mismo tiempo.

Por ello, lo recomiendo. Es un libro que se lee rápido y que incita a ser releído más de una vez. Toda una joyita se mire por donde se mire.

Ysabel  M.