Mahoma. Biografía del Profeta

Opinión:

Este ensayo es tan brillante como exhaustivo, porque permite hacerse una idea cabal de un personaje de tan enorme trascendencia histórica. Con una rigurosa aproximación al contexto y sucesos de la época, que permiten aproximarse a su figura y al extraordinario movimiento religioso que llega a nuestros días con millones de seguidores en el mundo entero. Pero además, en esta obra la autora consigue con creces ese empeño que confiesa en sus primeras páginas, el evitar, a pesar de los trágicos acontecimientos de las últimas décadas, una visión distorsionada de una religión que profesan mil doscientos millones de fieles en el mundo, una quinta parte de la población mundial. Y además motivada en el momento de escribir este libro, por su intención de corregir la imagen de Mahoma distorsionada literariamente por el perseguido Salman Rushdie, en un intento de minorar los prejuicios de la sociedad occidental que pudieran generarse por la lectura de esa novela.

Porque el empeño de este magnífico ensayo, que lo consigue con brillantez, es informar con extraordinaria precisión y de paso desmentir prejuicios y distorsiones históricas que sin duda perjudican a la sociedad contemporánea. Una obra sobre una figura que a juicio de esta investigadora ha sido uno de los seres más excepcionales de la historia, pero que tuvo muchas dificultades para ser editada, no sólo por la complejidad de cualquier aproximación intelectual a su figura, sino porque además fuera una mujer quien lo escribiera.

Una obra en la que podemos encontrar no sólo una evidencia de la enorme ignorancia occidental sobre esta figura, sino también la visión distorsionada que los terroristas despliegan para justificar su enloquecida visión del mundo. Como nos informa Karen Armstrong, la propia palabra "islam" guarda relación con el término salam, "paz", y que incluso el propio Mahoma acabaría renunciando a la violencia e inspirando una política distante de esta, porque en vez de librar una guerra hasta la muerte, Mahoma estuvo dispuesto a negociar, a consensuar, incluso a capitular con La Meca. Y por eso, entre esos empeños de los que informa la propia autora, está la de arrebatar a los extremistas su afán por apropiarse de la figura de Mahoma y de sus enseñanzas.

Karen Armstrong nos advierte que en Occidente nunca hemos sido capaces de entender el islam, porque siempre nos hemos dejado dominar por la ignorancia, los prejuicios, por ideas rudimentarias y arrogantes, pero en unos tiempos que exigen otra actitud y sobre todo un conocimiento más preciso y libre de penosos juicios intelectuales, porque no hay que olvidar que esta religión nació en el pluralismo religioso de Oriente Próximo, donde las distintas fes coexistieron durante siglos, en un momento histórico en que el islam era una potencia global mientras Europa se desangraba en batallas con hordas bárbaras acompañada de una formidable decadencia intelectual. Mientras el mito de Mahoma crecía, los europeos se solazaban con los de Carlomagno, Robin Hood o el rey Arturo, que eran héroes relacionados con la guerra, con el combate, en una tendencia excluyente de los disidentes que finalmente se encarnó en las cruzadas que perseguían un dominio religioso del mundo a costa de las otras religiones como la musulmana o la judía.

Como se señala en el libro, en las cruzadas el mundo quedó partido en dos, y parece que el eco de esa brecha aún domina gran parte de las visiones más perjudiciales para la humanidad, que hoy no sólo perviven sino que aún se obstinan en vencer al contrario a cualquier precio, por trágico, inútil e incluso peligroso que sea. Karen Armstrong, merecida galardonada con el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales, ha escrito un magnífico ensayo absolutamente recomendable para los interesados en la Historia, como también para aquellos preocupados y ocupados en el mundo de hoy.

Jorge Riet