Los dioses carnívoros

Opinión:

Lo primero que llama la atención de "Los dioses carnívoros" es su estructura, por inusual. Los capítulos ocupan en su mayoría dos o tres páginas y fuerzan las pausas en la narrativa. Nos ofrecen pequeñas diapositivas que muestran un suceso muy concreto. Hay cuatro divisiones de los conjuntos de capítulos que tienen títulos atractivos y perversos y animan a leer lo que hay tras ellos. Siguen un ritmo descendiente y ascendiente, haciendo que el protagonista se levante un poco para volver a caer.

Es un libro oscuro y salvaje, las descripciones del cual  te llevan a sumergirte en lo más hondo de su negrura. Está escrito en un estilo seco y crudo y su protagonista, Damián, es hosco, pesimista y directo. Y muy natural, lo que ves es lo que hay, sin trampas. Tras perder su trabajo, se va a vivir a un piso de su hermano Jaime y acepta un trabajo de conserje. El puesto y la retribución están bastante por debajo de su antiguo puesto en una empresa de marketing directo pero también es más tranquilo.

Salvo la relación con su ex, caprichosa y materialista, y su hija adolescente todo parece marchar bien, pero desde que un tipo raro con barba cana y aspecto grasiento tira una mujer a la vía ante sus ojos, la situación se distorsiona. Y también tras encontrar una figurilla de Itzamná en su domicilio. Bajo la aparente normalidad existe una creciente inquietud, una sensación de anticipación que deja entrever que no todo está tan bien como parece. Esa intriga ominosa y fuera de lugar hace a Damián sentirse amenazado. He de decir que la narración se vuelve más interesante a partir de la página 150 más o menos. La parte anterior es un poco lenta.

Alicia, una doctora del edificio que custodia, rompe la peligrosa soledad en la que está sumido y le cuestiona su salud mental. Pero ¿acaso hay más verdad de lo que parece tras la inestabilidad de Damián? ¿Tienen fundamento sus sospechas? ¿Es real la amenaza? Y, si es así, ¿de dónde viene?

Si no te asustan los libros poco amables y la tensión que subyace a la vida cotidiana, si ves con mirada crítica la indiferencia colectiva ante el horror, si te gustan el suspense que se desarrolla lentamente y los giros inesperados, "Los dioses carnívoros" de Rafael Balanzá es una buena opción para ti.

Noelia Montalbán