Las nueves llaves del anticuario

Opinión:

Un día vas por la calle tranquilamente y te cruzas con una completa desconocida que te dice que tu vida actual no es tu vida real y cuando decides hacerle caso te das cuenta de que has estado viviendo un continuo día de la marmota durante meses. Desconcertante, ¿verdad? Pues esto es lo que le sucede al anticuario Lorenzo Aragona en "Las nueve llaves del anticuario" de Martin Rua: un día se levanta, se va a trabajar y se cruza con Anna Nikitovna, una chica rusa a la que no conoce de nada pero quien parece tener bastante información sobre él: para empezar le asegura que su vida es una mentira. En el momento en que Lorenzo decide confiar en ella comienza la verdadera aventura, pero ¿habrá hecho bien fiándose de ella?

Con ritmo ágil, a veces incluso trepidante, que hace que tus manos y ojos se peguen a las páginas del libro, el autor nos sumerge en la yincana a contrarreloj en la que los dos protagonistas se ven obligados a participar sabiendo, tan sólo que el premio es conseguir el código Bafomet, aunque en un principio no tengan la menor idea de lo que es esto. Sin embargo, el lector juega con ventaja, en capítulos alternos irá conociendo qué es el código Bafomet y, a su vez, qué tienen en común los Templarios con los nazis (cuando, a priori, los primeros se encargaban de promover el bien y los segundos hicieron tanto mal) y qué es lo que une a Lorenzo y Anna.

Viajando por Jerusalén, Berlín, Kiev y Nápoles los dos protagonistas irán buscando las piezas para completar el 'puzzle', ese que dará la yincana por terminada. Pero no lo tendrán fácil, como en toda novela de misterio, el tiempo y la muerte corren tras ellos pisándoles los talones y, además, deberán ir tomando sobre la marcha decisiones un tanto complejas que no sólo les afectarán a ellos.

Sin duda, "Las nueve llaves del anticuario" es una novela entretenida que hace pasar un buen rato haciéndote desconectar del mundanal ruido del día a día.

Y, para terminar, un consejo: cuidado con lo que deseas, se puede volver en tu contra. O no...

Sandra C. Jarén