Las alas del caído

Título: Las alas del caído
Título Original: (Las alas del caído, 2025)
Autor: Javier Muñoz Villén
Editorial:
Almuzara
Colección: Tapa Negra
Copyright:
© Javier Muñoz Villén, 2025
© Editorial Almuzara, S.L., 2025
ISBN: 9788410528154
Tapa: Blanda
Etiquetas: persecuciones arqueología religión asesinatos muerte misterio CIA narrativa intriga literatura española maldiciones novela thriller Tercer Reich El Cairo descubrimientos Siria pasado Río de Janeiro objetos malditos corresponsales de guerra
Nº de páginas: 384
Argumento:
El increíble descubrimiento del reputado arqueólogo Christian O'Sullivan está a punto de cambiar para siempre la historia de la religión: un objeto codiciado por el Tercer Reich que persigue un despiadado e implacable agente del RSHA. Un agente de la CIA asesinado. Un hallazgo imposible. Un objeto maldito que jamás debió ser hallado.
Erick Sanders, veterano corresponsal de guerra, recibe una llamada desde Washington D.C.: una maleta robada, un asesinato, un expediente y un nombre: Elisabeth Evans. Una arqueóloga en el punto de mira.
Cuando la prestigiosa arqueóloga, la doctora Evans, recibe una llamada desde una favela de Río de Janeiro, su mundo se tambalea. Ha aparecido un misterioso objeto que no debería existir, un hallazgo enterrado durante siglos y perseguido por quienes harían cualquier cosa por poseerlo.
Opinión:
"La piedra negra tallada en sangre guarda el secreto". Con esa frase como epígrafe, "Las alas del caído" despliega, desde su primera página, un ambiente de misterio ceremonial, oscuro y magnético. No se trata de una historia concebida solo para entretener: su ambición es mayor. Quiere arrastrarnos al centro de una verdad que huele a polvo antiguo y a poder moderno, una verdad tan inquietante como el miedo mismo.
La premisa, en apariencia sencilla, resulta demoledora: hay objetos que jamás debieron ser encontrados. Uno de ellos, la enigmática Piedra Negra, está a punto de resurgir. Y con ella, un legado de sangre, silencios prolongados y verdades que nunca salieron a la luz.
Todo comienza con un descubrimiento que no debería ser posible. Christian O'Sullivan, arqueólogo escéptico y reputado, encuentra un artefacto que amenaza con reescribir los cimientos del siglo XX. Pero el objeto en cuestión nunca se nos muestra con claridad. El autor, Javier Muñoz Villén, juega con la ambigüedad, dosifica la información, insinúa más de lo que revela, y así el lector se convierte en cómplice de la tensión. Sabemos que fue codiciado por el Tercer Reich, ocultado en las cloacas del espionaje nazi, y que, décadas después, su sombra reaparece en un rincón inesperado: las favelas de Río de Janeiro. Allí, Luiz, un ladrón de poca monta, roba por error una maleta con documentos clasificados, fotografías inquietantes y un cilindro metálico que no debería abrirse.
A partir de aquí, la novela avanza como una cuenta regresiva, pero no al estilo del thriller convencional de ritmo frenético. Lo suyo es otro tipo de persecución, más simbólica que física, más mental que muscular. En el centro de esa trama están Elisabeth Evans, arqueóloga brillante marcada por la pérdida, y Erick Sanders, un antiguo corresponsal de guerra cuya mirada ha visto demasiado. No los une el destino ni el heroísmo, sino el anhelo de entender. De juntar las piezas de un puzle cuyo diseño parece hecho para no encajar nunca.
Uno de los mayores aciertos del autor es su capacidad para transitar entre géneros sin perder la voz. Es un thriller, sí, pero también es una novela de ideas, de atmósferas, de símbolos. Villén toma los ingredientes clásicos, como documentos secretos, sectas olvidadas, persecuciones entre continentes, y los encaja en una narración contenida y reflexiva. Cada escenario, no es mero decorado: funciona como una capa simbólica, un eco de lo inmemorial.
La Piedra Negra, que permanece en las sombras durante buena parte del relato, no es solo un objeto. Es la condensación del misterio, del poder oculto, del conocimiento vedado. Su vínculo con el esoterismo nazi y con ritos antiguos convierte la novela en algo más que una historia de aventuras: es también una meditación sobre la verdad, sobre el precio del saber, sobre las cosas que preferimos no desenterrar. ¿Hay verdades que matan? ¿Hay hallazgos que condenan?
Villén no da respuestas cómodas. Al contrario: exige un lector atento, dispuesto a conectar pistas, a volver sobre sus pasos, a leer entre líneas. La estructura puede parecer densa en algunos momentos. Los nombres se multiplican, los documentos cruzan épocas pero todo está ahí por una razón. Al final, cuando el entramado se revela, lo hace con la fuerza de una revelación: no solo nos enfrenta al pasado, sino que arroja una luz (o una sombra) sobre nuestro presente.
Los personajes, lejos de ser peones al servicio de la trama, tienen vida propia. Elisabeth Evans no es una heroína perfecta, sino una mujer herida que sobrevive a base de inteligencia y coraje. Erick Sanders tampoco busca redención, solo algo de sentido. La relación entre ambos, hecha de respeto, de silencios compartidos, de heridas abiertas, se construye con una humanidad poco habitual en el género. No hay artificios ni tópicos románticos, solo verdad emocional.
El estilo de Villén es sobrio, contenido, pero no exento de belleza. Algunas descripciones poseen una cualidad visual casi cinematográfica. No hay efectismo gratuito, pero sí una atmósfera que cala. Es una prosa que sabe cuándo callar, cuándo sugerir, cuándo apretar el corazón del lector sin estridencias.
No estamos ante una novela para leer con prisa. Es para quienes disfrutan de los misterios que se desenredan despacio, de los personajes complejos, de las preguntas sin respuesta. Es, en el fondo, una invitación a mirar de frente aquello que llevamos siglos intentando olvidar.
Muy recomendada.
*Publicada por Almuzara.
Violeta Lila
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