La piel

Opinión:

Esta extraordinaria obra se sirve de la excusa de una enfermedad de la piel para regalar a los lectores una literatura de formidable calidad.

Gracias a una sucesión de situaciones protagonizadas por la voz en primera persona, seguramente el propio autor, y por personajes tan distintos como Stalin, Nabokov, Pablo Escobar o John Updike, la piel se convierte en un recurso literario que permite una gran obra narrativa.

En ese universo creativo tan propio de Sergio del Molino, en el que la soledad, la diferencia, la tragedia, la humanidad en su más radical sentido, conforman una visión de la vida, estas páginas superan la excusa del propio relato para ofrecernos magistrales piezas literarias.

A fin de cuentas, su obra se refiere a un estar en el mundo, que le permite una propuesta narrativa que permite al lector gozar de brillantes disecciones de la realidad, penetrar en los recónditos espacios de los sentimientos y la memoria, del eterno juego de percepciones de la vida cotidiana, y, especialmente, de cómo se convive con la diferencia. Porque se eso también trata este libro, de los sentimientos encontrados que operan en el intento de ocultamiento de lo que hace a alguien distinto a los demás.

Lo ajeno, la diferencia, las manifestaciones en la conducta que emanan de la experiencia, en este caso en un asunto tan inesperado literariamente como la piel, que sirve de hilo conductor para explicar hechos del pasado que cobran una luz interpretativa propia al acceder a esa compleja intimidad que no ocupa lugar en las crónicas.

Esa piel, la piel con problemas, sus manifestaciones estéticas, sus efectos en el cuerpo en forma de picores insoportables, la enfermedad, los desarreglos médicos, los fármacos y los remedios en su penoso vaivén de fracasos y éxitos, los alivios del alma cuando el cuerpo se ve condenado, los desahogos existenciales y las repercusiones en la conducta, las relaciones personales y familiares, se ponen a disposición del autor para ofrecer un libro realmente espléndido.

Del Molino aporta una calidad literaria extraordinaria, pero no ofrece a los lectores sólo una brillante obra literaria, sino que es de los pocos narradores que aporta lúcidas reflexiones de la sociedad contemporánea. Por eso hay que leer este libro, aunque el asunto de la piel y la enfermedad les puedan más o menos interesar, porque ofrece una magnífica literatura y la voz de uno de nuestros más brillantes intelectuales.

Jorge Riet