La peregrina de Atón

Opinión:

Sin duda hay que reconocerle a "La peregrina de Atón" un punto de vista diferente: no se ven muchos libros ambientados en el Antiguo Egipto y protagonizados por mujeres, pero nunca me había encontrado con ninguno protagonizado por una mujer trans, IItani, lo que no lo hace menos creíble.

La mayor parte de la historia está contada desde su punto de vista, pero también nos dan el de Nefertiti (que va encontrándose con personajes de su vida en el más allá y les recuerda) al final de cada uno de los libros en los que se estructura la novela. Esta doble visión me parece muy importante, porque si fuera por Iltani no hubiera pasado demasiado. Al final, era Nefertiti la que maniobraba para mejorar su posición y mantenerla, muchas veces a espaldas de su hermana, que a mi parecer era bastante pánfila.

Ese es un punto que a mí, personalmente, ha hecho que me guste menos la novela. Me encanta leer historias de mujeres fuertes y con iniciativa, e Iltani no lo es. Sumisa desde el primer momento, se deja arrastrar por los demás y se entrega sin pensar a un mal hombre que no tarda en mostrar su verdadera cara de maltratador incluso antes de que no pueda dar marcha atrás, pero aun así acepta someterse a él y ser su esclava. Lo que viene después es de prever: escenas muy duras y, entre tanto, Nefertiti haciendo cosas interesantísimas y revolucionando Egipto fuera de escena.

Es cierto que al final Iltani mejora y toma las riendas, habiendo un poco más de aventura, pero solo porque tiene la oportunidad en bandeja y ha llegado a un punto de no retorno. Ese final, por cierto, tiene muchos detalles sorprendentes que no puedo revelar para no destripar la trama, así que simplemente diré que lo disfruté mucho.

Al margen de mi subjetivo deseo de que se hubieran invertido los puntos de vista para darle más peso a Nefertiti, la historia es sublime. Luis Melgar tiene una gran prosa, con un ritmo agradable, y hay una gran ambientación de los distintos escenarios que te hace meterte en la historia. Así pues, es recomendable.

Déborah F. Muñoz