La educación de un hada

Opinión:

Lo he leído en el 2004, justo cuando el islamismo y los problemas con la forma de pensar de los musulmanes más radicales son una herida abierta tras los atentados del 11-M en Madrid. Y ha sido curioso, porque César/Sezar habla de ese tipo de musulmán que no permite vivir en libertad a la mujer (en Francia tienen estos problemas hace mucho tiempo, de ahí que Didier van Cauwelaert haya escrito una novela que casi parece actual a pesar de tener cuatro años), y así se siente ella, acosada, cercada y apaleada por los amigos musulmanes de su novio -ese novio que en realidad ya no le quiere- que opinan que la mujer no debería llevar la cara descubierta, ni faldas, ni maquillaje… Y Sezar, joven culta y bella que ya ha sufrido la pobreza del embargo de los Estados Unidos a Irak, que ha dormido entre cadáveres en la frontera iraní, que ha sobrevivido en Canadá y que ahora malvive en Francia acosada por dos árabes y por su jefe, se convierte en un "hada" para Nicolas Rockel y Raoul.

La historia, además de narrar en primera persona la historia de Sezar, narra también del mismo modo la de Nicolas, un hombre que se enamora y se casa con una mujer a la que ve perfecta, y vive con ella tan feliz que no supone que esas sensaciones puedan desaparecer. Lo cierto es que Ingrid es la que se separa, la que le aparta, la que le pone entre la espada y la pared, y es curioso, porque sabes -lo saben ellos también- que se aman. Hay algo escondido pero no sabemos qué es, y ésa es la trama que convierte un drama en un cuento de hadas.

La narración de Didier van Cauwelaert es fluidísima pero me gustaría decir varias cosas aparte de las mencionadas:

1.- El título, La educación de un hada, puede llevar a engaño. El ´hada´ es simbólica, aunque cuando surge esa faceta en Sezar te agrada lo que lees.

2.- Los personajes inicialmente parecen planos, de hecho son tristes, aburridos, alicaídos… no enamoran, ni enganchan ni apasionan (ni siquiera tienen el suficiente halo de misterio)… por eso es esencial leer la historia entera, porque aquí lo que importa no son ellos, sino lo que ocurre con ellos.

3.- El final podía haber sido mejor, no hay grandes sorpresas ni booms que te hagan quedarte boquiabierto. Es demasiado simple, corta de cuajo la magia. Es importante quedarse con la historia si quieres degustar la novela.

Creo sinceramente que aunque la novela no sea un hit ni un novelón y pueda pasar al olvido, siempre quedarán en nuestra memoria pequeños retazos, imágenes, secuencias de ella: Sezar en la cabaña ejerciendo de hada para Raoul, Raoul llenando el carrito de la compra de cosas inútiles, Ingrid con sus pájaros… y sobre todo la simbología del ´hada´.

Anika Lillo