Los ojos de Galdós

Opinión:

Carmela Cid, una joven granadina, llega a Madrid para hacer realidad su sueño: convertirse en escritora como su admirada Emilia Pardo Bazán. Para ello contará con una ayuda inestimable, la de Benito Pérez Galdós que se convertirá en su padrino y consejero, y le abrirá las puertas de un mundo al que las mujeres, tienen vetada la entrada.

Su amistad se mantiene a lo largo de los años y cuando el genio de la literatura tiene serios problemas de visión, ella se convierte en sus ojos. Solo así el aclamado escritor podrá continuar con su labor literaria y subsistir, ya que pasa sus últimos años sumido en la pobreza.

Carolina Molina desgrana en "Los ojos de Galdós" la vida de uno de los más aclamados escritores de la literatura española. Un hombre valiente que, a través de sus novelas y obras de teatro animaba a sus conciudadanos a reflexionar sobre las carencias de una España sometida al oscurantismo de una Iglesia retrógrada, más ocupada en una trasnochada moral católica que de los problemas reales de la sociedad. 

La novela nos permite conocer a un Galdós afable y seductor, que ayudaba a los demás en la medida que le era posible. A veces, hastiado del ajetreo de una ciudad tan bulliciosa como Madrid, se refugiaba en su finca de San Quintín, acompañado de sus perros, y así recuperaba esa inspiración que a veces se le resistía, para seguir escribiendo sus obras. 

A Galdós, observador como pocos, le motivaban el amor, las injusticias y la lucha de las mujeres por hacerse un hueco en sociedad. Era un hombre avanzado a su tiempo que reflejaba en sus obras la cotidianidad que encontraba cada día en sus paseos por las calles de Madrid. 

Un libro maravilloso, en el que la autora, además de mostrarnos al hombre detrás del gran literato, nos describe la dura lucha de las mujeres para conseguir que la sociedad cambiara. Lo hace a través de Carmela, una mujer que se debate entre ser esa que la sociedad espera o saltarse los convencionalismos sociales y vivir de acuerdo con sus propios principios.  

Una novela que conjuga con maestría historia, biografía y un vívido retrato de la sociedad madrileña y granadina de la época. En ella hay lugar para el romance, la lucha por derechos laborales y sociales, y también para anécdotas divertidísimas consecuencia de la modernización de las ciudades. 

Un homenaje a un gran hombre que vivió la vida a sorbos y también a las mujeres que desafiaron las normas establecidas y que, con su ejemplo, consiguieron por ejemplo que las mujeres pudieran publicar con su verdadero nombre y no con un pseudónimo masculino. 

"No encerrarán entre murallas mi pensamiento. Resido en las estrellas". 

Fortunata y Jacinta.

Ana G. Aranda