La ballena de St Piran

Opinión:

Los extraños acontecimientos que se suceden en esta novela plantean el escurridizo debate sobre la identidad personal y colectiva en este siglo que nos ha tocado vivir. Sobre cómo se gestionan las emociones humanas, las relaciones personales, la manera de amar, de convivir, de deambular por la vida. Incluso a preguntarse si uno posee una identidad en el seno de una comunidad, o por el contrario se habita en un espacio de gran densidad humana en el que paradójicamente no se es parte de algo o de alguien. Este libro lleva a un brillante paroxismo esa zona oscura donde la realidad de un estado, de una nación, de un ámbito político o administrativo, aparecen frágiles, incluso ausentes, frente a la emoción de sentirse parte de algo con sentido real e inmediato, donde las normas y obligaciones se adaptan a la lógica inmediata de las necesidades humanas. En ese novedoso contraste vital, la extraordinaria sofisticación de los mercados financieros internacionales, la fría seducción de los algoritmos que gobiernan nuestras vidas, la globalización que desbocada impone su ley por encima de estados y gobiernos, encuentran su réplica cuando se someten a escenarios tan radicales como imprevistos, para los que no existen herramientas ni modelos informáticos lo suficientemente poderosos como para evitar ese estrecho e indomable ámbito de la realidad en situaciones límite.

Una asimetría que nos informa de que el mundo no tiene nada de perfecto, de que en él habitan claroscuros típicos de los sistemas complejos, donde las simplificaciones, las proclamas, los grandilocuentes discursos, las dudosas verdades anunciadas en colosales plataformas de intercambio de mensajes, se someten sumisas a esas tozudas realidades que severamente cuestionan la percepción habitual de ser este el mejor de los mundos posibles. Como nos advierte el protagonista de la novela, la economía, la subsistencia, la amistad, la propiedad, la salud, el ser y estar en un lugar y momento, rozan permanentemente sus límites por la posibilidad de la catástrofe, por la contingencia del desastre, para advertencia de los confiados creyentes en una realidad que no tiene nada de estable ni de segura. Cuando las identidades, el sentido de confidencia y de confianza, son parte de un terrible juego de ratones y gatos con millones de víctimas cotidianas, este libro nos plantea qué comunidad es la que nos protege, cuál nos da sentido para vivir con nuestras incertidumbres y miedos razonablemente sometidos, qué estructura colectiva nos define y ampara como personas, como familias, como amantes y como vecinos. Esa búsqueda de una realidad que aspire a sobrevivir al margen de realidades geográficas hoy más o menos irrelevantes, recuperando aquel viejo sentido del equilibrio vital, de aspirar a ser parte de la armonía de un paisaje, de aprender a relacionarse con los motores de la sociedad contemporánea, el dinero, la energía, los recursos naturales, con el ser humano en el centro de su gobierno y no como víctima propiciatoria de sus excesos incontrolados, de un cálculo estadístico de un insensible analista de riesgos o un bróker cuya mejor expectativa es el bonus en su cuenta corriente.

Sin duda una apasionante pregunta merodea por este libro, si gran parte del pensamiento dominante de los últimos siglos ubica el propio interés como la fuente de energía primaria del sistema, ¿qué es realmente lo que nos interesa como personas, como padres, como hijos, como amigos o como vecinos? ¿El concepto de interés individual cómo se mide, cómo ha de fijarse en estos tiempos? ¿Es estático, es una idea fija y antigua como una ley de derecho natural, es invariable a pesar del contexto? ¿Y puede ser individual o necesita una comunidad? Y en caso afirmativo, ¿qué clase de comunidad?

En esta obra sus extraordinarios personajes ayudan a hacerse estas preguntas, pero sobre todo regalan una perspectiva original para evidenciar que dentro de los márgenes existen muchas formas de vida, se amontonan los espacios donde realmente hay alternativas, donde se presenta la necesidad o la imposibilidad de integrar la identidad individual en una comunidad para dotar de sentido a la existencia según la manera que se escoja de vivir. Sin duda, el recurso literario del autor a la posibilidad, incluso a la probabilidad, de un colapso global, sirve para llevar al límite todas las convenciones ideológicas conocidas, todas las certezas que anidan en los parlamentos, gobiernos, medios de comunicación y foros de personas influyentes, porque precisamente esa posibilidad, sólo derivada de algo en origen tan pequeño como una extraña gripe, un determinado alimento peligroso masivamente consumido, o un diminuto virus resistente a cualquier medicamento conocido, sirven a la causa del cuestionamiento de la preeminencia de los tipos de interés sobre el interés de los tipos, de las personas, de todo el mundo; de la prevalencia del precio de una acción frente a la acción sin precio por las cosas que realmente merecen la pena.

Este libro está cargado de valores positivos y negativos que se repelen constantemente en el decurso de su relato, donde los males del egoísmo individual contrastan agresivamente con la vieja causa de la solidaridad, de la tolerancia, del respeto mutuo, de la generosidad sin contrapartidas ni beneficios, de la ternura, de la permisividad con la diferencia, como elementos básicos de una comunidad armoniosa no esclava de las exclusivas y excluyentes leyes de la oferta y la demanda. Es la desigual batalla entre las personas con su medio cuerpo helado en las aguas que rodean a la ballena varada en la remota playa de St Piran y el poder de los "quants" en la economía global.

Es tan formidable la carga intelectual del libro que uno puede caer en el fácil riesgo de poner demasiado énfasis en esta dimensión intelectual de la obra a costa del debido reconocimiento de su evidente calidad literaria, que gozamos gracias a una magnífica traducción. No olvidemos que es una novela, pero eso sí, una buena novela muy cargada de provocaciones e ideas. Con personajes muy bien trazados, con un magnífico ritmo narrativo, con una prosa ágil, cuidada, que seduce la mirada del lector en todas sus páginas, y que combina con gran maestría los diferentes escenarios donde transcurre la trama.

Un libro muy recomendable publicado por la gran Alianza Editorial.

Jorge Riet