Iluminación y fulgor nocturno

Opinión:

Leyendo cualquiera de las grandes obras de Carson McCullers resulta fácil llegar a la conclusión de que uno se encuentra ante un talento excepcional para la literatura, pero sobre todo ante una mujer de sensibilidad única. "El corazón es un cazador solitario" es una delicia, como lo es la perturbadora "Reflejos de un ojo dorado", o la inmensamente negra "La balada del café triste". Tenemos que agradecer a Seix Barral el mimo que ha puesto en editar a esta autora para el mundo del español. Este volumen se enmarca además en la conmemoración del centenario del nacimiento de la autora. La edición cuenta con prólogo de nada más y nada menos que Elena Poniatowska, quien destaca en el mismo el papel que la enfermedad tuvo en la trayectoria de la autora y la necesidad de enmarcarla en la órbita de los escritores del eterno sur de Estados Unidos, compartiendo Olimpo con Harper Lee o William Faulkner. La edición también incluye una selección completa de fotografías de la autora y sus contemporáneos.

Como ocurre con tanta frecuencia cuando hablamos de autobiografías de escritores, "Iluminación y fulgor nocturno" acaba no sirviendo exactamente para su fin, que debería ser conocer la biografía de Carson McCullers. La herramienta perfecta para ello podría ser el trabajo que en su momento le dedicara la escritora francesa Josyane Savignea, por ejemplo. Con "Iluminación y fulgor nocturno" sucede que al final muta en literatura, y Carson McCullers toma sus recuerdos como una excusa para ofrecer un texto personal, de retazos de memoria puestos en letra que se disfruta como pieza de recuerdos aunque no ofrezca un trabajo sistemático de reconstrucción de una vida. La cuestión tiene especial mérito si uno recuerda que la obra fue dictada a sus cercanos cuando se encontraba ya paralizada por la enfermedad.

Carson McCullers no llegó a completar la obra, pero lo que se encuentra merece la pena, especialmente para los lectores que disfrutan conociendo la cocina de los escritores, su lucha contra los demonios interiores y la dificultad intrínseca del arte literario. La primera frase de la obra es difícil de olvidar, y marca el tono del resto de la biografía: "El trabajador y el amor han llenado casi por completo mi vida, a Dios gracias. El trabajo no siempre ha sido fácil, cabe añadir que el amor tampoco."

Rafael Ruiz Pleguezuelos