El testigo invisible

Opinión:

No sé por qué razón, aunque nunca había leído un libro de Carmen Posadas, tenía la impresión de que sus libros no iban a agradarme, y por eso nunca me había animado a empezar ninguno de ellos. Sin embargo, cuando se publicó El testigo invisible no pude resistirme, debido a que la época de los zares de Rusia y en concreto la historia de la caída de los Romanov es de mis preferidas e intento leer todo lo que cae en mis manos sobre ella.

Pues bien, a pesar de mis reticencias con la autora esta novela me ha encantado. El testigo invisible es un libro maravilloso, que nos cuenta la vida del zar Nicolás II y su familia desde 1912 hasta 1918, cuando todos fueron fusilados. Todo ello nos es narrado por Leonid Sednev, deshollinador primero y pinche de cocina después de la familia Romanov, y único superviviente de la matanza.

Leonid nos va contando la historia ya con 91 años, prácticamente desde su lecho de muerte en Montevideo. Así el libro alterna capítulos en la época actual, en los que conocemos al Leonid anciano, con los que suceden en la época de los Romanov.

Prácticamente al principio podemos leer el testimonio del carcelero y verdugo de los zares, contando cómo fue la masacre que acabó con ellos. A partir de aquí, el relato de Leonid nos lleva hacia atrás, a 1912, cuando él entra a trabajar para la familia. Como él mismo dice, la historia se va desarrollando como en ondas concéntricas, cada vez más amplias y que van afectando a más personas, hasta llegar al terrible final que ya conocíamos desde el comienzo, causado por un cúmulo de malas decisiones.

Es increíble el trabajo de documentación que ha realizado Carmen Posadas para poder escribir este libro. Aparte de los hechos históricos ya conocidos, me ha impresionado cómo nos muestra la vida cotidiana de la familia Romanov: la timidez de la zarina Alejandra, el gran amor que le tenía Nicolás, el mundo especial que habían creado las 4 hijas (Olga, Tatiana, María y Anastasia, OTMA) o el sufrimiento del zarevich Alexei causado por su hemofilia. También es importantísima la figura enigmática de Rasputín, y el papel que desempeñó en la caída de los zares.

El título El testigo invisible es perfecto: no sólo es aplicable a Leonid, ya desde el principio testigo de todo sin que nadie se diese cuenta desde las rejillas de los techos del palacio. También Carmen Posadas parece haber estado de manera invisible allí, tal es el grado de detalle que alcanza su narración. Y nosotros, con ella, somos testigos invisibles de lo que aconteció. Ha habido momentos en los que me he sentido como si estuviese espiando a los zares por el ojo de una cerradura.

La escritora nos hace a la familia Romanov tan cercana, tan parecida a una familia normal con su día a día, sus bromas, sus amoríos, sus enfermedades, que no podemos más que odiar el momento en el que los bolcheviques acaban con sus vidas.

El testigo invisible es un libro apasionante, realmente bien escrito, sobre un episodio tan fascinante como macabro de la historia de Rusia. Es un libro de historia, sí, pero no de la historia de fechas y datos, sino de la que nos conmueve y nos hace pensar. Puedo decir que gracias a la familia Romanov Carmen Posadas ha cambiado de lugar en mis intereses, y ya estoy deseando leer y (estoy casi segura) disfrutar de las demás historias salidas de su pluma. 

Zulima Camblor