Anika entre libros

El olor de las hojas muertas

Ficha realizada por: Anika Lillo
El olor de las hojas muertas

Título: El olor de las hojas muertas
Título Original: (El olor de las hojas muertas, 2017)
Autor: Sergio Moreno
Editorial: Nowevolution
Colección: Volution


Copyright:

© Sergio Moreno Montes, 2017

© Ilustración de portada: Alberto Góngora

© Diseño gráfico: Nouty

Edición: 1ª Edición: Mayo 2017
ISBN: 9788416936144
Tapa: Blanda
Etiquetas: persecuciones familia fin del mundo extraterrestres ciencia ficción sci-fi alienígenas tensión literatura española Madrid novela posesiones terror miedo horror acoso telepatía invasión extraterrestre inteligencia extraterrestre efecto colmena Charles Hoy Fort lluvia roja
Nº de páginas: 410

Argumento:

Una noche la luna apareció casi tapada por una sombra que al pequeño Darío, de diez años, le parecía un cuervo. Justo entonces empezó a caer una lluvia roja casi incesante. A su padre, soldado, le obligaron a dejar su día libre para acudir al cuartel y él se quedó con su madre, Ana, y su hermano pequeño, Fede.

¿Qué había pasado? La ausencia de Pedro -el padre- y los gritos en la calle, así como visiones monstruosas que no entienden, mantienen a Ana y a Darío en tensión. Del cielo cayeron cuerpos extraños, casi todos en el mar, excepto uno que fue localizado por un tipo con pocos amigos, Vicente Ayala, y que vio en él una oportunidad única de ser el portador de un gran descubrimiento.

A partir de ese momento, aquello que cayó empieza a cobrar forma, a infectar, ocupar y eliminar humanos, teniendo a Ayala como colaborador necesario de los terribles seres alienígenas. Mientras tanto, Ana intenta escapar con sus hijos en busca de su marido. Pero todo sale mal…

 

Opinión:

 

Tenía ganas de volver a leer a Sergio Moreno (la anterior novela fue "Insomnio") y, oye, me alegro de que este soldador de profesión se dedique también a la escritura de terror, porque se le ocurren buenas historias. Está claro que una invasión alienígena ya se ha contado antes (y bastantes veces), pero nadie le ha dado el toque final que le ha proporcionado Sergio. Quizás el más parecido -con distancia- sea el de "El juego de Ender". Al método invasivo se le puede encontrar las obvias similitudes con "La invasión de los ultracuerpos", por ejemplo, pero es que las invasiones extraterrestres son así: o es una guerra donde se aniquila a los humanos como en " La guerra de los mundos" (H. G. Wells), o son cuerpos "ocupados" transformados o mutados (como los ultracuerpos), o son infecciones a través de algún líquido que acaban en pandemia.

En el caso de Sergio tenemos un atractivo doble; por un lado que el máximo protagonista sea un crío de diez años, a punto de cumplir once, y por otro que mantenga una "conversación" con esa cosa titánica que puede provocar terremotos y tsunamis sólo con poner uno de sus apéndices (patas) sobre la tierra. Aquí es donde más me ha gustado "El olor de las hojas muertas", amén de sus momentos emotivos -que los tiene- porque el crío tiene familia (que perderá) y una nueva amiga que 'odiaba' a los niños, además de tener todavía a uno de sus familiares vivos con el que vivirá una situación que encoge el estómago (su padre).

También añadiría como atractivo que haya utilizado la lluvia roja -algo que ha ocurrido ya en este planeta varias veces-, y a Charles Hoy Fort, autor de "El libro de los condenados", e investigador de fenómenos anómalos que en su época todavía no tenían explicación.

Eso que me ha gustado tanto, por inverosímil que parezca la historia, se debe a que en la conversación telepática entre el ente monstruoso y el niño nos metemos en la vida secreta de eso que viene del universo. ¿Qué quiere? ¿Por qué está ahí? ¿Desde cuándo vive? ¿Qué significa la lluvia roja? ¿Por qué esos seres amontonan cuerpos en el agua? ¿Quiénes son esos monstruos? ¿Cómo va a acabar todo? Normalmente estos detalles los sabemos porque en las novelas y películas los "monstruos" vienen a ocupar el planeta y les sobramos. Pero aquí es distinto, Sergio Moreno nos cuenta otra opción y encima -qué fuerte- hace que en un momento dado sintamos cierta sensación de pena por el bicho gigantesco ¡y hasta de simpatía! ¿Por qué? Porque el descomunal extraterrestre hace algo por el niño que nos proporciona una emoción enorme. Pero claro, es al final de la novela y no se puede contar nada.

Aunque centra la historia en Madrid, precisamente en un tramo que iría de la casa del niño al cuartel donde debería estar su padre, el suceso ocurre en todo el planeta. La rapidez con que sucede todo es espeluznante, igual que los bichos que han caído del cielo. Es cierto que los tiquismiquis te soltarán un "eso no puede hacerlo un niño, así no reaccionaría" pero ¿qué saben ellos cómo reaccionaría un niño si no lo han visto en esa situación? Además Darío da muestras de lo que es: un crío con una única esperanza -encontrar a su padre-, con el deseo de vivir para que en su mente sigan viviendo su madre y su hermano, con miedo, pero continuando adelante mientras pueda, porque al final hay una pequeña luz. Nadie sabe cómo reaccionaría un niño en esa situación así que a mí me parece válida la personalidad de Darío en esta historia (y si os parece que no os vale, leed "Anna" de Niccolò Ammaniti y flipad).

La novela tiene capítulos muy cortitos que saltan del niño al padre en la mayor parte del libro, pues no están juntos y cada uno vive su odisea. También están los que corresponden a Ayala y a los monstruos usurpadores con aguijón. Esto hace que sea un estilo muy dinámico y se lea con bastante rapidez. En todo caso me ha llamado la atención una costumbre del autor un tanto chocante y es que proporcione adjetivos calificativos a ciertas palabras que no encajan muy bien, quizás por querer sonar especialmente lírico (Ejemplo; "dolor rojo y acuoso". Rojo te lo puedes imaginar como algo lacerante, muy doloroso, al rojo vivo. Pero ese dolor acuoso no lo veo, y mira que tengo imaginación). En todo caso es algo que ocurre unas pocas veces y que puede mejorarse en sus próximas novela que yo, personalmente, no me pienso perder, porque me gusta ese punto distinto que aporta a sus historias para conseguir no escribir la misma historia que los demás.

Debo deciros que la novela tiene momentos espeluznantes, de auténtico terror si te pones en la piel de Darío, y eso para los amante de la literatura de género es motivo más que suficiente como para no perderse "El olor de las hojas muertas".

Creo que si estuviéramos en Estados Unidos, le habrían hecho una película a esta historia.

Os aconsejo que la leáis si os gusta el terror y queréis disfrutar de algunas diferencias con el resto de invasiones alienígenas. Os puede llegar a sorprender ese final.

Anika Lillo

 

Foto homenaje:

Elolordelashojasmuertas

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