El libro de la hija

Opinión:

"El libro de la hija" me ha provocado sentimientos contradictorios mientras lo leía.

En algunas partes me ha resultado algo densa la historia, quizá incluso algo repetitiva, como que no avanzaba. Pero poco después, la historia conseguía de nuevo engancharme, y devoraba sus páginas. Algunas partes me han sorprendido, ya que no me esperaba el giro que la autora daba a la historia, ni ciertos detalles que se iban descubriendo y es lo que me picaba a leer.

Inma López Silva nos trae la historia de Helena y su hija. Y también la de su padre, y la de su marido. También nos cuenta la historia de otras hijas, de otra madre y de otro marido. Y de cómo al final, el mundo es un pañuelo, y lo que empieza siendo trabajo, descubre que está más unido a su vida de lo que se imaginaba. Algo que Helena siente como lejano, que eso sólo les pasa a otros e imposible de ver, resulta que lo tiene más cerca de lo que pensaba, y eso para ella es todo un shock.

Tenemos una historia de amor, familia y con un punto de thriller que es una buena mezcla. Pero ojo, ya que es de las historias que marcan, que duele leer algunas de sus partes, que nos hace ver el lado más oscuro de las personas y pensar ¿cómo es posible? Y si, lo es, el ser humano es oscuro, y a veces nosotros no vemos esa oscuridad en las personas, y cuando lo descubrimos, sólo tenemos ganas de desaparecer.

Que Inma López Silva haya decidido contar la historia desde distintas voces creo que ha sido un acierto. Vemos distintos enfoques de la misma situación, los sentimientos que provoca en cada parte y cómo es de diferente para unos y para otros.

Estos detalles, son los que luego, en nuestra vida real, consiguen que intentemos tener más empatía por los demás, porque siempre nos vamos a acordar de alguna semejanza que hayamos leído, y como reaccionaba el protagonista, o el amigo del protagonista... y que no todo tiene que ser o blanco, o negro.

"El libro de la hija", es una novela para leer despacio, analizando lo que cada personaje nos transmite y la propia historia. Y nos enseña que no podemos presuponer nada, ni juzgar a la ligera, que puede ser que nos veamos en la misma situación antes de lo esperado, aun cuando pensemos que eso "no nos pasa a nosotros".

Vane Gómez