El hombre que pudo destruir el mundo

Opinión:

"El hombre que pudo destruir el mundo" es un libro muy bien documentado sobre todos los hitos que se llevaron a cabo para construir y lanzar las primeras bombas atómicas. Desde los primeros informes de los científicos británicos y cómo entraron los militares y la elección de personal, hasta la construcción de las ciudades relacionadas con el proyecto, aisladas de todo, así como la forma en que reclutaron y organizaron al personal, los principales hitos... todo queda muy bien explicado, incluida la ciencia que había detrás de los descubrimientos.

Es fascinante darse cuenta de la verdadera envergadura de ese proyecto, no solo a nivel científico, reuniendo a las mentes más brillantes, sino también a nivel organizacional, con tres ciudades fabricando los materiales para los experimentos que debían mantener el máximo secreto para evitar filtraciones y pero a la vez mantener un equilibrio entre esa necesidad y la de los trabajadores civiles de tener unos mínimos de libertad.

La figura principal es Oppie, el hombre que manejó los hilos y por el que pasaba toda la organización y toma de decisiones, así como las relaciones entre científicos y militares. Era todo un personaje, muy contradictorio, a veces comunista, pero con hábitos de burgués, bisexual y con un historial que no podía sino hacer saltar todas las alarmas del FBI, a pesar de lo cual se las arregló para ser imprescindible para el proyecto.

No obstante, hay otros personajes en los que se pone el foco a veces, casi todos muy peculiares, ya que son científicos de gran inteligencia que, a veces, no carecían de piques con los demás y excentricidades. Los militares y altos cargos también condicionan el proyecto, y también tenemos otros capítulos, los únicos en primera persona, que nos hablan de un constructor de raza negra de una de las ciudades donde se fabricaban los materiales, aunque no entiendes a cuento de qué vienen esos capítulos a no ser que hiles bien.

Lo bueno es que no deja de estar novelizado en ningún momento, por lo que aprendes un montón sin renunciar a un buen ritmo, con una narración en capítulos cortos que logra mantener tu interés y muchos personajes, pero muy bien diferenciados e imposibles de confundir.

Vamos, que es una joyita muy curiosa sobre un hito que marcó la historia de la segunda mitad del siglo XX, muy recomendable.

Déborah F. Muñoz