El delirio nihilista

Opinión:

Esta obra colectiva intenta trenzar una definición de la ideología totalitaria, partiendo de diversos ejemplos tan disímiles como el terrorismo de ETA, el comunismo de Lenin, los diversos nacionalismos españoles, el nazismo o el yihadismo. Con un repaso de diferentes autores a diversos acontecimientos históricos o actuales, esta obra busca definir una pauta que explique qué es una ideología "totalitaria", esa que es inhumana por definición, porque somete a la vida de las personas a la lógica de su poder.

Una visión totalitaria del poder que, como señala agudamente su prologuista Fernando Savater, también puede ser comprendida como nihilismo radical, precisamente por su ausencia de humanidad. Esa que se expresa en el rechazo del disidente, del otro, de todo que se opone a una idea preconcebida que no admite crítica u oposición. Esta obra que describe eficazmente diferentes pasajes de la historia, es sin duda un excelente ejercicio divulgativo sobre las diversas formas de totalitarismo, pero que sin embargo padece de cierto desequilibrio tanto en sus contenidos como en sus análisis, porque hay capítulos sin duda más académicos que realmente aportan una evidente claridad expositiva, frente a otros más ideológicos o políticos, cuya extraña convivencia acaba afectando al resultado general de la obra.

Más allá del dudoso ejercicio de equiparar situaciones y procesos difícilmente comparables, presumiendo una pauta conceptual algo confusa, la estructura de capítulos tan diferentes, de autores de perfiles tan distintos, dificulta sobremanera encontrar una lógica común a la obra más allá de su propósito o enunciado. Es obvio que puede haber actitudes comunes, reacciones similares, gestos o decisiones, que se podrían definir como totalitarias, pero es sin duda muy arriesgado concentrar procesos históricos muy diferentes en una idea básica que los defina en un modelo histórico común. Sobre todo porque la estructura de la obra no ayuda a resolver la ecuación que se propone de totalitarismo, nacionalismo y populismo, porque a pesar de sus eventuales convergencias pertenecen a diferentes espacios conceptuales con identidad propia. Podría ser discutible el criterio que ha animado a los coordinadores de esta obra colectiva a la hora de escoger su contenido, como también se podría debatir acerca de si el totalitarismo es algo más allá de una patología mental, el delirio, como propone el título del libro, pero, al margen de estos posibles debates, esta obra merece la pena precisamente por esos capítulos en los que se trata con especial rigor las características principales de una ideología totalitaria.

Hay capítulos de este libro sencillamente magníficos, por su sistemática expositiva y rigor narrativo, que permiten al lector intuir alguna de las características descritas de los totalitarismos en algunos de los comportamientos que se observan en la sociedad contemporánea. Unos rasgos que se asoman en la vida cotidiana de sociedades, organizaciones políticas, Estados, incluso votantes y sus expectativas, que conducen a comportamientos claramente de tendencia totalitaria e incluso nihilista. Es un libro recomendable, porque es un excelente manual para conocer las formas y causas del pasado más trágico, así como las amenazas de esa perversa naturaleza que sobreviven en el presente, especialmente pensando en esa peligrosa tendencia, tan de moda actualmente en algunas sociedades avanzadas, de buscar atajos para resolver frustraciones que siempre derivan en nefastas experiencias.

Jorge Riet