El ángel del olvido

Opinión:

Berta Tabor es otra de las nuevas voces para el gran público que están apareciendo en el panorama literario español aunque esta novela no es la primera que publica; la primera fue "La pértiga del funambulista" . En mi caso sí es la primera que leo de ella. Berta Tabor es, además, una mujer con suerte ya que sus dos únicas novelas publicadas hasta el momento han sido galardonadas con premios. La primera, "La pértiga del funambulista" fue reconocida como la mejor ópera prima en castellano en el Festival du Premier Roman de Chambèry, Francia, y la segunda ha obtenido el Premio Internacional de Narrativa Marta de Mont Marçal este mismo año 2014. Un premio concedido por las bodegas del mismo nombre y que está dirigido exclusivamente a mujeres. Premio que se entiende una vez leída su novela.

"El ángel del olvido" está dividida en dos partes. En la primera, la protagonista absoluta es Laura. Ella está atravesando una dura etapa tras su divorcio por lo que decide refugiarse en la casa que tiene en Segovia. Una casona vieja que, al restaurarla, sacará a la luz un secreto: una Biblia hebrea y una mujer con el perfil de Gracia Nasi. Laura es una mujer curiosa, este descubrimiento no la deja indiferente y no va a parar hasta descubrir qué pasó con Gracia Nasí, por qué hay una moneda suya junto a una Biblia, por qué y quién la escondió entre los muros de su casa. Esta primera parte, también, transcurre en la actualidad. Es la parte contemporánea de la novela. Está bien escrita pero hay momentos en los que da la sensación de que la autora va demasiado deprisa, como si se perdiesen detalles que luego son necesarios para entender y dar respuesta a ciertas preguntas.

Esta primera parte, aunque buena, no es mi favorita ya que prefiero la segunda que es más histórica. Como historiadora me ha interesado más ya que en ella no solo va a el lector a conocer a Gracia Nasí sino que aprenderá y averiguará más cosas sobre la situación de los judíos sefardíes tanto en el Reino de Castilla como en el resto de los países a donde fueron buscando refugio. Una situación dura ya que, en la mayoría de estos lugares, también eran rechazados por los cristianos. Es muy interesante descubrir cómo se las ingeniaban para sobrevivir, cómo debían de renunciar a su fe y, aún así, no eran bien vistos y siempre tenían tras de sí a la Inquisición.

En esta segunda parte, se nota la labor documental previa que ha llevado a cabo Berta Tabor. Tanto Gracia Nasí como el resto de los sefardíes que aparecen en la novela existieron en realidad. La autora aporta en el Epílogo una serie de cartas auténticas escritas en el siglo XVI en las que se hace referencia a Juan Micas y a Agustín Manuel, los dos protagonistas masculinos, y que están conservadas en el Archivo Nacional de Simancas en Valladolid. Estas cartas, estos documentos, son muy interesantes de leer.

Aparte de la tarea documental, en esta segunda parte la acción es más intensa que en la primera. En ambas, el peso de la historia lo llevan los personajes femeninos, pero en la segunda parte este peso es más interesante ya que sucede en un momento bastante conflictivo y en el que las mujeres no tenían ni voz ni voto ya fuesen cristianas o sefardíes. Destaca el personaje de Leonor así como el de Brianda de Luna y su hermana Beatriz. Ambas existieron en realidad y tuvieron una gran influencia en su tiempo al ser quienes prestaban dinero a los reyes. Como buenas damas renacentistas, se relacionan con personajes ilustres como Tintoretto y Durero.

Berta Tabor ha sabido captar la atmósfera que se vivía en el Renacimiento. Su narrativa logra que el lector se meta en la historia y llegue a sentir lo que sintieron los personajes. Esta segunda parte es rica en datos históricos que contribuyen a darle mas calidad a la novela.

Pero a esta segunda parte también le sucede lo que a la primera: hay momentos en los que el lector tiene la sensación de que se han escrito las escenas demasiado deprisa y que faltan algunos detalles que ayudarían a resolver y aclarar dudas. Son pocos los momentos en los que esto sucede pero se aprecian, no pasan desapercibidos. Quizá si en vez de 200 y pico páginas hubiesen sido 300 y algo la historia hubiese quedado más completa. Es el pequeño fallo que aprecio en ella.

Por lo demás, "El ángel del olvido" es una novela que se deja leer y con la que el lector lo pasa francamente bien. Es de esas con las que vas aprendiendo y descubriendo cosas nuevas. Tiene su parte de novela histórica y su parte de thriller. También tiene pinceladas de novela romántica aunque las escenas amorosas son mínimas. Más que describir, el lector intuye lo que sucede entre los personajes. Esto me parece bien, da más juego a la imaginación del lector.

Así que, "El ángel del olvido" es una buena lectura para disfrutar.

Ysabel M.