diez lecciones para dar caza a un lord... y que te adore

Opinión:

Después de publicar Nueve reglas que romper para conquistar a un granuja, Sarah McLean vuelve a sorprender a sus lectoras con esta nueva novela tan deliciosa como su predecesora.
 
En esta ocasión la protagonista es lady Isabel Townsend, una joven afincada en el campo cuya propiedad está al servicio de mujeres con problemas que necesitan un lugar en el que ocultarse y rehacer sus vidas. Es inevitable que el lector se pregunte qué sucedía con ese tipo de mujeres  en la primera mitad del siglo XIX. ¿Dónde podía encontrar refugio una mujer que sufriera malos tratos? ¿O una joven que hubiese sido mancillada y esperase un hijo? En una sociedad en la que la mujer era considerada una propiedad, pocas opciones tenían aquellas que deseaban alejarse de una vida marcada por el dolor. El ostracismo y el rechazo social eran las consecuencias de sus actos, y en esta novela la autora plantea la posibilidad de que existieran lugares especiales para todas ellas.
 
Aquí, ese lugar especial es una propiedad en el campo, una propiedad con muchas deudas. Y es que el padre de lady Isabel fue toda su vida un manirroto, llegando a apostarla a ella en el juego. A su muerte, la joven tiene que lidiar con toda clase de dificultades. A ese lugar es adonde llega lord Nicholas St. John.
 
Lord Nicholas es el protagonista perfecto. Tanto es así que una revista femenina londinense lo ha calificado como el candidato "pluscuamperfecto" para el matrimonio, lo que ha provocado una avalancha de invitaciones y de intentos de darle caza de lo más molestos. Por eso, en cuanto se le presenta la oportunidad de alejarse de la ciudad, acepta encantando, sin ser consciente de que con ello está cayendo precisamente en la trampa que trata de evitar.
 
A lo largo de la novela, la citada revista londinense va proporcionando una serie de consejos a las damas que tratan de conquistar un marido, unos consejos que hoy nos parecen ridículos, pero que en su momento resultarían de lo más adecuado. Pues bien, lady Isabel parece no seguir en absoluto ninguno de ellos a la hora de enfrentarse a lord Nicholas, y aún así es capaz de conquistar por completo su corazón. 
 
Sarah McLean apuesta por una trama con cierto toque de originalidad, con personajes carismáticos y poniendo sobre el tapete un fragmento de la realidad social de aquella época. Y lo hace con soltura, con amenidad y sentido del humor, consiguiendo que el lector se enamore de su historia y de sus protagonistas. 
  
Pilar Alonso Márquez