Anika entre libros

De Planilandia a la cuarta dimensión

Ficha realizada por: Violeta Lila
De Planilandia a la cuarta dimensión

Título: De Planilandia a la cuarta dimensión
Título Original: (Flatland: A Romance of Many Dimensions,1884, The Fourth Dimensión, 1904 y Projective Ornament, 1915)
Autores: Charles Howard Hinton, Claude Fayette Bragdon, Edwin A. Abbott
Editorial: Atalanta
Colección: Imaginatio Vera


Copyright:

© De la edición, el proemio y los prólogos: Jacobo Siruela
© De la traducción de Flatland: A Romance of Many Dimensions: Amelia Pérez  de Villar
© De la traducción de los extractos de The Fourth Dimension: Antonio Rivas
© De la traducción de Projective Ornament: Mariano Peyrou
© Ediciones Atalanta S.L.

Traducción: Amelia Pérez de Villar, Antonio Rivas y Mariano Peyrou
Ilustraciones: B/N
Edición: 1ª Edición: Abril 2024
ISBN: 9788412601459
Tapa: Dura
Etiquetas: antología arquitectura arte ciencia conocimiento relatos libros ilustrados recopilatorio de varios autores recopilación otras dimensiones diseño gráfico geometría fotografías
Nº de páginas: 376

Argumento:

Entre 1875 y 1920, la cuarta dimensión flotaba en el ambiente científico, artístico y literario europeo, ya que abría la puerta, a través de las matemáticas, a una nueva dimensión de la realidad que se expresaba por primera vez de una manera precisa. Esta antología se compone de tres partes: la primera corresponde a la novela Planilandia, que Edwin A. Abbott escribió en 1884 sobre un mundo de dos dimensiones; la segunda, a la teoría original de la cuarta dimensión, postulada por Charles H. Hinton a finales del siglo XIX; la tercera, a un breve tractatus ilustrado de principios del siglo XX del arquitecto y diseñador Claude Bragdon.

Planilandia es un infinito espacio vivo de dos dimensiones habitado por seres inteligentes y locuaces con diferentes formas geométricas. De pronto, el protagonista se encuentra con una esfera a la que no puede ver en su totalidad por tratarse de un ser proveniente de un espacio dimensional superior.

En La cuarta dimensión (1904), Hinton expone un conocimiento cuyo principal problema radica en que necesita una dimensión más para poder manifestarse. El autor nos ayuda a comprenderlo con el desarrollo visual de un cuerpo geométrico tetradimensional: el teseracto, un hipercubo con 24 caras, 16 vértices y 32 aristas.

En La ornamentación proyectiva (1915), Claude Bragdon defiende la idea de incorporar la belleza de las formas naturales al ejercicio de un arte fundado en el desarrollo del número. Como dijo Emerson, «todo es número manifiesto»; por tanto, no hay razón para detenerse ahí: el arte y la ciencia deben buscar realidades dimensionales cada vez más elevadas y sutiles.

 

Opinión:

 

Toda edición de Atalanta es una joyita rara y exótica. Así lo ha demostrado en infinidad de ocasiones Jacobo Siruela, el editor, que sabe como nadie seleccionar textos que ninguna otra editorial publicaría, convirtiéndolos en verdaderos tesoros apreciados en el mercado literario español. En este caso, llega a mis manos "De Planilandia a la cuarta dimensión", unos escritos de tres autores diferentes.

La existencia de la cuarta dimensión era un tema candente de debate en el mundo antiguo. Tengamos en cuenta, sólo para ponernos en materia, que para fines del 1800 y comienzos del 1900, la ciencia empezaba a pensar en la existencia de otras realidades y otros mundos dentro de éste, y el avance en el conocimiento del universo numérico y matemático apuntaba a un descubrimiento de ese estilo. Así, aparecieron textos revolucionarios en su momento, que con el paso del tiempo quedaron desechados por la teoría empírica, y que hoy en día conservan una categoría de rarezas únicas.

En el primer texto, de 1884 y escrito por el profesor y teólogo Edwin A. Abbott, "Planilandia", vamos a encontrarnos con un cuento breve relatado por un tal "A. Square", que vive en este mundo que, precisamente, está formado por dos dimensiones. Huelga decir que conforme vamos entrando en la trama, todo se revela como un gran delirio: en realidad se trata de una sátira matemática, con denuncia social de las desigualdades entre hombres y mujeres de la época victoriana, y sirvió como ejemplo de estudio de las dimensiones múltiples. En resumen, podemos decir que es un texto que nos hará reflexionar, y lo interesante es que no es nada técnico, más bien está escrito en una prosa muy accesible.

Por su parte, "La cuarta dimensión" de 1904 y escrito por Charles Howard Hinton, matemático que también escribía cuentos de ciencia ficción, en esta obra corta nos expone lo que se conocía hasta la época sobre la cuarta dimensión, usando las matemáticas y la física para asegurarnos que sin la existencia de una cuarta dimensión, muchos fenómenos naturales no podrían ser posibles. Hinton aquí nos propone el uso de distintas figuras geométricas, en dos y tres dimensiones, y crea un sistema comparativo con el que podemos imaginarnos la posición que cada figura tendría en una hipotética cuarta dimensión. Todo esto, para finalmente hacernos la imagen de un hipercubo, formado por movimientos generados en nuestra dimensión y replicados en la cuarta. Una obra curiosa y no exenta de cierta perspicacia, sin duda Hinton era un autor sumamente inteligente.

Luego pasamos al último texto, "La ornamentación proyectiva" de 1915, escrito por Claude Bragdon. Un poco más cercano en el tiempo, es obra de este arquitecto modernista que creó el término "ornamentación proyectiva" como un sistema de generación de patrones geométricos para su uso en la arquitectura y el diseño gráfico. Esto consistía en un lenguaje universal que reemplazaba los estilos históricos de cada país, en la medida en que se adaptaba para resolver cualquier problema de diseño. Además, y al igual que los autores anteriores, Bragdon usó la teosofía para estudiar la geometría de las diferentes figuras, interpretándolas como mágicas y sagradas. Estudió la mitología de las esferas y los cubos, y descubrió la armonía y complejidad que subyace en ellos.

En este tomo vamos a encontrarnos muchas de estas fotos de la ética, dibujos y diagramas de diversa índole, en una edición envidiable que rescata material verdaderamente antiguo que ha sido bellamente restaurado. La traducción es impecable, encuadernación en tapa dura para una obra que discurre entre lo esotérico y lo científico, brillante y adictiva como pocas.

Un diez es poca puntuación.

 

Violeta Lila

 

 

 

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